martes, 29 de noviembre de 2011

Espero que sigamos igual que éramos




He entrado en el viejo foro de Jóvenes Escritores. Lo creamos unos cuantos amigos, impulsados por Gasgi.

Me he encontrado con el comentario que una chica me dejó en 2008 sobre uno de los relatos (El Mercado, en concreto, que forma parte de ese proyecto mío que llevo desde 2007 pero que no escribo apenas desde 2009-2010. El que va a ser el GRAN proyecto un día.). Le había gustado y empezaba diciendo "No sé si vas a leer este comentario", para a continuación, dejarme su opinión personal (favorable).

Es tan sencillo que me ha parecido precioso y romántico. Es como encontrar una botella con mensaje en una playa.

He recordado la época en la que participábamos en Jóvenes Escritores. Éramos unos cuantos a los que se nos daba medianamente bien la escritura y nos gustaba escribir, le podíamos sacar ratos. Escribíamos y comentábamos lo que escribían el resto. Opiniones, consejos, risas, un poco de todo. Unos más que otros teníamos esperanzas puestas en ello. Esperanzas de algún día... Teníamos 20 años. Todos, menos alguno. Estábamos en plena carrera, algunos en derecho, otros filologías, psicología... geología ... Las épocas de exámenes se notaban mucho. Apenas entrábamos y dejábamos señales de vida.

Poco a poco fuimos creciendo. Y las responsabilidades con nosotros. Tocó ponerse en serio con la universidad.Y, también poco a poco, el foro fue quedando abandonado.

¿Murió?

No. 

Un foro público es un alma un poco viva y siempre habrá Jóvenes Escritores con ansias y sueños de ser escritores... así que, mientras eso dure e internet siga en pie, seguirá vivo.

En ése foro está mi yo de 20-21 años. Igual que está en este blog si te pones a bucear entre los archivos. (Es un poco como cuando tu madre saca los álbumes de fotos a los desconocidos. Vamos, digo yo. La mía nunca lo ha hecho).

Pues... he recordado los sueños, las ganas de comerse el mundo... el creerte que te lo vas a comer y que todo es posible.

Cinco, seis años más tarde, sigo aquí. Me gusta pensar que he aprendido cosas, unas a buenas y otras a palos, como la vida misma.

Si hay algo que creo que he aprendido es que si vas con ganas de merendarte el mundo, él se te comerá primero. Con menú de patatas, ensalada y postre.

Pero también he aprendido a no abandonar los sueños, a perseguirlos, a moldearlos. No hace falta encabezonarse con ése boceto que tuviste hace diez años. Los bocetos son para tener en cuenta dónde van a ir las líneas principales. Hace falta tener un buen boceto de base para hacer un bonito dibujo, pero lo que se ve al final es el acabado (Las horas y años que te has metido para lograrlo a veces quedan en segundo plano).

¿Sigo siendo como entonces? Un poco, sí. Y siempre lo seré, porque fuí yo, está claro. ¿Sigo teniendo sueños? Sí, y que no se me terminen. 

¿Sigo queriendo ser escritora? Sí. Simple y claramente. No sé si algún día me publicarán algo o me autopublicaré yo. Ni si quiera sé si terminaré mi gran proyecto. O el otro gran proyecto que no sé mucho cómo va, pero que ahí está. Del primero tengo unas cincuenta páginas escritas en word. Del segundo, algunos capítulos sueltos. Y del tercero (¡sí! ¡hay un tercero!) otras cuarenta.

¿Lo más divertido de todo? 

Empecé con el primero en 2003. Seguí individualmente, escribiendo historias cortas. Hasta que me dí cuenta de que se entrelazaban. Todo cuadraba. Y si leo algunas de las cosas de entonces, veo tan claramente a Neil Gaiman... Tanto.

¿Quién sabe dónde terminará todo esto? ¿Cómo terminaré yo?

Lo importante, es que en el fondo soy y seguiré siendo soñadora. Y los soñadores tienen alma creativa... A veces de escritor, porque saben navegar en la imaginación.

Estoy demasiado centrada en el mundo de la materia y apenas me pongo a escribir. Pero cuando  lo hago (a parte de soltar tochos como este) veo que me sumerjo en lo que sea.

Lo echo de menos y tengo que encontrar huecos para hacerlo, pero no sé cómo.