martes, 29 de diciembre de 2009

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Debería tener bastantes cosas a decir... y no sé si las tengo.

Felices fiestas. Eso es un principio.

Creo que seguiré más tarde. No estoy muy inspirada para escribir... pero sentí hace un rato que tenía que decir algo... XD

Feliz final de año.

martes, 15 de diciembre de 2009

Hoy...



Esta noche me apetece leer. Los Magos o uno de los de Fairy Oak (cortesía de mi alma gemela particular, Babú). Calentita en la cama. Solo podría mejorarse con una taza de té calentita. No, Inanna. Té por la noche, no. O infusión. Con miel. Mmmm... Dreamtime.

No puedo evitar imaginarme una noche como esta. Fría. Con ganas de leer tomando algo calentito, como una infusión de hierbas naturales o chocolate. Una estufa o chimenea encendidas. Espatarrada en el sofá, cubierta de mantas y llena de cojines alrededor, o en el suelo, sobre una alfombra en idem postura, leyendo. Mientras no oigo el ruido de la tele o los característicos de ciudad. Sino el silencio lleno de ruidos de campo en el exterior. Y la tranquilidad, calidez y el lugar acogedor me envuelven.

Algún día.

Algún día seguiré escribiendo cosas así desde otro lugar.

Bien. Voy a leer. Me pondré Cécile Corbel de fondo, para ambientarme si leo Fairy Oak. Si leo Los Magos, ya veré. De Cécile Corbel no vale cualquier canción. Para ambientarme en Fairy Oak y, en particular, para la Casa del Bosque tiene que ser: Sweet Song.


lunes, 14 de diciembre de 2009

Estaba pensando...


¿Y si me hiciera un blog secreto? Otro nombre, otro dominio, sin links, sin gente conocida. Me gusta mucho escribir aquí, pero es como estar en tu casa, en una fiesta a la que has invitado a muchos amigos y que se han traído conocidos, una fiesta con las puertas abiertas a la que llega gente con la que no has hablado durante toda la noche, gente que entra y sale al equivocarse de portal, o gente que entra y se queda. Vamos, que en general, nos conocemos todos. Los que escriben y los que no. Los que te encuentras un día un comentario de "me gusta mucho como escribes", a tus amigos de "¿a qué te referías cuando el otro día, en tu blog dijiste...". Ahí entramos en el conflicto. Si estoy contenta, "genial, estás contenta", todo el mundo feliz. Si estás triste, "¿por qué estás triste? ¿qué te ha pasado?" y os preocupáis, si estás desganada, idem, y si no estás, "¿por qué no estás?". Y se agradece muchísimo todo esto, porque vienen de amigos y gente que te quiere o, al menos, te tiene en cierta estima.

Pero tengo ganas de desahogarme en un vacío. En algún lugar donde nadie me conozca, donde mi nombre no les suene y no puedan llegar a él. Parecido a los textos que están en mis discos duros que escribía hace algunos años y se quedaban acumulando polvo de bytes. Solo que si dejo mis penas en el exterior de modo anónimo, alguien las va a leer. Ahí está la diferencia.

Hace años, de las primeras veces que iba y venía sola de y a Barcelona, me senté enfrente de lo que parecía una pareja de amigos, un chico y una chica. Hablaban de sus respectivas parejas, de problemas, conflictos, de amigos, del trabajo... lo normal. Yo observaba, y escuchaba sin querer, haciendo ver que leía o que miraba por la ventana o de reojo, analizando sus posturas y palabras. En cierta parada, se despidieron:

-Bueno, pues espero que te vaya muy bien, con lo tuyo.
-Igualmente. Ojalá se solucione todo...
-Sí... Eh, y gracias. Encantada de haberte conocido.
-Lo mismo digo. Me llamo Luís.
-Ángela. Bueno... hasta la vista.
-Adiós.

Y yo me quedé ojiplática. Tantas confianzas, tantos secretos, consejos... ¡y eran completos desconocidos! No me lo podía creer. ¿Tan a su bola, iba la gente de Barcelona, que no podían hablar con sus amigos o con alguien de todo esto? ¿Tan impersonal es todo esto?

Ahora creo que lo entiendo mejor. Y a veces me gustaría hacer lo mismo. Salvo que no suele gustarme que me hable un desconocido en el tren, o en el bus, porque prefiero leer o escuchar música, o pensar. Así que no lo hago.

Salvo cuando son gente joven y viajera.

¿Dónde está la Inanna que fui?

O mejor, ¿dónde se fue la Inanna que quería ser?

jueves, 10 de diciembre de 2009

El Mago de las Luces



Hace mucho que no escribo. Y cuando digo mucho es mucho.

Hoy he creado un personaje nuevo. Sin historia. Ha aparecido de la nada... y creo que me va a ir cayendo bien. Os pongo lo que he escrito sobre él. Para variar... es una de mis típicas "la parte de en medio de una historia". De momento no tiene nombre, aunque os he de advertir que viste de negro (entero), lleva un sombrero de copa, capa hasta los tobillos, botas militares y un cinturón lleno de bolsillos. El pelo es negro, muy muy corto y con un mechón de un palmo, aproximadamente. Aún estoy dudando de si el mechón largo está un poco rizado, si es una trenza o una rasta con cositas colgando al estilo Jack Sparrow. Ya veremos. También estaba pensando en ponerle unas goggles sobre el sombrero. Pero me da que quedaría todo demasiado steampunk... y no estoy segura de qué clase de personaje es y de si le puede gustar dicha estética xD.

Si se os ocurre algún nombre, decídmelo ;).

Torció una esquina, y al observar –finalmente- lo que había a su alrededor, no pudo si no apenarse de estar molesto por una tontería y no poder disfrutar de los arbolillos y plantas a la luz de las estrell… ¿dónde estaban las estrellas? ¿Y la luna? Miró al cielo y frunció el ceño. Caminó por la calle, a paso seguro, con una sonrisa irónica y fría en el rostro. Y plac, plac, plac, plac. Cada farola apagada, por cada paso. Mejor. Pero… las luces de Navidad estorbaban. Miró a los alrededores. Nadie. Pasó la mano por el aire, extendida. Y las luces y neones se durmieron. Mejor. Pero… las pantallas del interior de las casas y el restaurante que ya cerraba… tch tch. Demasiada luz. Picó dos veces su talón contra el suelo, aplaudió una sola vez, y dijo:

-Shhh….

Y las teles, las radios, las luces y la gente en sus casas se durmieron.

Eso estaba mucho mejor. Más de su gusto. Sonrió satisfecho. Como por arte de magia, saltó ágilmente la valla que lo separaba de los árboles y las plantas. Era un parque con ruinas muy antiguas. Se preguntó… ¿por qué los humanos tienen tanto miedo a perder su pasado y olvidar? ¿Por qué, a la vez, no lo recuerdan y lo destruyen a su antojo?

Paseó entre las piedras caídas, hacía ya mas de dos mil años. Las plantas, cuidadosamente colocadas y cuidadas por expertos jardineros. Y por fin la encontró.

-Eh, aquí abajo. ¿Hola? ¡¡Eh!! ¿Es que no me ves? Bien. Eso es. ¿Me oyes? Genial. Bueno, ya he llegado. Y ahora, ¿qué? ¿Cómo...? ¿Cómo que no tienes ningún encargo en especial? Pero-pero-pero-pero… ¿tú sabes lo que me ha costado llegar hasta aquí? No me… Sí… Ajá… ¿Vacaciones? Pero… No… sí, ya… ya… Pero… Buf… Y… ¿Cómo? Ah, dinero. Sí. Vale. ¿Y dónde vivo?... Estupendo. No, tranquila. No te preocupes… ya… ya lo encontraré. ¿Qué? ¿Qué te tienes que ir…? Pero… Sí… de acuerdo. Yo también te quiero. Buenas noches, Luna.

Siguió paseando un rato por el lugar. Ahora estaba más molesto.

-Gñññññññ…. ¡¡AAAAAAAAARGH!! –gritó de repente, mientras empezaba a golpear violentamente una piedra-ruina que no tenía nada en especial.- Siempre, siempre, siempre igual. Pues-ya-estoy-más-que-harto. ¡Vacaciones! ¡Já!

Cuando se dio cuenta de la destroza que estaba provocando, lo arregló lo mejor que pudo. Salió de nuevo a la calle y gritó:

-¡Buenos días, luces!

Y todas las luces que había apagado antes, se encendieron nuevamente. Pero la gente siguió dormida en esa calle en extrañas posturas: sobre el sofá, en la mesa, cenando, delante de los ordenadores… Incluso hubo uno que se quedó dormido en la ducha, con el agua caliente saliendo a chorro. No le gustó mucho la experiencia: ni por la factura de ese mes ni por el resfriado que pilló.

A cada paso que daba temblaban las luces. Tintineaban. Parpadeaban. Tenían miedo. Estaba de mal humor. Se había perdido. Estaba cansado. Tenía hambre. Y sueño.

-Eh, tú. –llamó a un perro callejero que pasaba por ahí.- ¿Sabrías decirme dónde está la calle Portalón?

El perro le miró, torció la cabeza, movió la cola y se puso a ladrar de contento.

-¿De verdad? ¡Estupendo!

Siguió al cánido varias calles, mientras el guía se giraba varias veces para comprobar que estaba ahí. Al llegar a la calle Portalón, descubrió que únicamente había una casa, y que la placa de la calle era sospechosamente nueva. Entró, y el perro le hizo esos ojos que saben hacer tan bien…

-Bueno. ¿Por qué no? Hace mucho que no tengo mascota y pareces bastante listo. ¿Tienes nombre? No, chucho no me vale. Pensaré algo bonito. ¿Tuerca? ¿Tornillo? No… a mi tampoco me gusta. Vaya. Fíjate. Sí que hace frío, ¿eh? Te sale mucho vacho de la boca… pareces un autómata a vapor… Mmm… vapor ¡Ya sé! Te llamaré Steam, vapor en inglés.

Subió las escaleras hasta encontrar una única puerta, en la que había unas llaves en la cerradura. Y dentro… dentro estaba todo lo que necesitaba: sus cosas, objetos extraños que había en ese mundo… Hasta comida de perro, curiosamente.

Comió, bebió, tomó un baño para quitarse el polvo del camino y se durmió en menos de lo que canta un gall…

Y el resto es otra historia.



miércoles, 2 de diciembre de 2009

Happier now.

Ya no tengo melancolía ni resaca de melancolía :).

Así que, para que veáis, os dejo una canción de "ahora más bien estoy así":





y un poco de:

Me cuesta tanto...



Vale. Esta entrada sí será melancólica. O esa es la sensación que me da. Me doy permiso para ser melancólica hoy.

No tengo sueño. Como otras veces, supongo que solo será cuestión de meterme en la cama. Pero es que no me llama mucho que digamos, y ya son las (¿o sería es la?) 1:52...

Hoy he estado escuchando Mecano. Y algunas de Celtas Cortos. De Celtas procuro escuchar poca cosa, porque sí que me ponen melancólica y triste, supongo que porque muchas canciones ya tienen un aire tristón y nostálgico (La Senda del Tiempo... 20 de Abril del 90, entre otras). 20 de Abril siempre ha sido, es y será una canción extraña para mí. Me encanta. Me la sé de memoria de pe a pa, y sin embargo, desde el primer día que la oí que lo relacionaba con amigos que en ese momento estaban y que sabía que nos alejaríamos (allá a los 17 años). Y claro, ahora es escucharla y no puedo evitar que me vengan a la mente, no esos amigos en los que pensaba, sino la cantidad de épocas que se han quedado atrás. Pero bueno. Hoy es hoy y mañana es mañana. Mejor pensar en ellos que es más productivos que en el ayer y el antes de ayer.

De Mecano no puedo evitar llevar todo el día canturreando "Me cuesta tanto olvidarte". ¿Por qué será?

Como dice Amaral, la melancolía es un licor bien caro, y no te has dado cuenta y ya te ha emborrachado... Supongo que me ha debido pasar eso. Hace un rato iba con el puntillo de melancolía y ahora me he pasado pidiendo en la barra. "Melancolía" sería un nombre bonito para un combinado. Sería un licor para tomar exclusivamente cuando te lo estás pasando en grande una noche con los amigos. La MEJOR noche. La que recordarás durante años. Bien. Esa será la primera copa de melancolía. Las siguientes veces que la pidas, recordarás esa gran noche y te pondrás a hablar de ella con tus amigos, y en silencio recordarás los momentos de ésta y de otras que en su momento no te parecieron gran cosa aunque estuvieran bien. Melancolía es un licor de sabor afrutado y dulce, refrescante, que te entra como el auga un día de Sol, pero que cuando llevas un par de copas sabes que al día siguiente tendrás una resaca del quince, porque todo el mundo sabe que las resacas provocadas por licores dulces son las peores.

Me lo ha contado todo el mundo. Yo no lo sé porque apenas bebo. (Los mojitos valen la pena para ser mi excepción de no-bebo-alcohol-gracias. Y el hidromiel.). Tampoco me he emborrachado ni he pillado nunca una resaca. Pero he visto gente con resaca y borracha... y no me llama mucho. El día que lo esté... será por uno los siguientes dos motivos: celebración de una gran, gran, gran alegría (con opción a desquite), o por una gran, gran, gran pena que culminará en "me da igual, voy a hacer una tontería y a beber" (aunque me suba la primera copa. Lo comprobé este verano con un ron con cola. A medio vaso notaba los efectos. Al vaso entero daba vueltas la habitación si giraba demasiado rápido la cabeza. Tuve que hacer puntería para sentarme en un sofá, dejándome caer. Culminé la noche con un mojito delicioso. Por entonces había decidido que era mejor apalancar mi espalda y cuello al sofá para hablar con mi interlocutor. Las dos visitas al lavabo fueron una auténtica aventura. La próxima vez un solo mojito. Nada más, gracias).

Si hoy fuera una noche de verano llamaría a alguien para salir a dar una vuelta por ahí y tomar algo. Pero es la madrugada de un martes de invierno y hace frío. Sí, por fin hace frío.

Esto es un asco. Para poner las canciones aquí de Amaral y Celtas Cortos las he tenido que escuchar, aún sabiendas de que me ponen aun peor. Malditos tes de hoy. Tres puñeteros tes y Sueño sigue sin llegar. Mañana, cuando a las 8 o a las 7.30 mi perro ladre para despertarme me acordaré de toda su familia canina y de todas las plantaciones de tés negros English Breakfast y té rojo Pur-eh (o como narices se escriba) en el mundo.

A lo largo de esta noche me he dedicado a leer entradas de wikipedia y paginas acerca de Mecano, Ana Torroja, José Nacho... Dios.

Eh, un bostezo. Es buena señal. Son las 2:37. No es mala hora para tratar de dormir. Voy a intentar a ver qué pasa.

¿Buenas noches?

PD: El título iba por la canción de Mecano, "Me cuesta tanto olvidarte", sin embargo con los puntos suspensivos... estaba pensando que también quedaría válido un "Me cuesta tanto dormirme".

Hum....

Me cuesta tanto dormirme, me cuesta tanto... dormirme me cuesta tanto, dormir todo un día de sin saber... muy bien qué hacer. Y no sé si seré sensata, lo que sé es que me cuesta un rato hacer cosas sin querer. Y aunque fui yo quien decidió beber un té, y no me canse de jurarme, que no habrá segunda taza... Me cuesta tanto dormirme... Me cuesta tanto dormirme... Me cuesta tanto...

Vale. Es definitivo. Me voy xD.