domingo, 30 de marzo de 2008

Bon dia, ningú ho ha demanat, però és un bon dia...

Cambios y momentos felices. Supongo que así puedo resumir lo que ha sido para mí el mes de marzo. Un cumpleaños cada 2 semanas (3 cumpleaños en total), de unas cuantas personas a las que tengo mucho aprecio. Quedadas de una tarde y cafés o tés con algunas otras, o incluso conversaciones con amigos lejanos. Visitas fugaces... Ya sabéis que suelo moverme mucho por las estaciones y los transportes públicos de larga distancia, por ello unos cuantos de esos momentos son entre estación y estación, o entre un lugar a ir y otro. Se procuran hacer huecos para unos minutos.

La semana Santa estuvo genial. La mitad estuve en Bilbao, en casa, cuidando y siendo cuidada (aunque más de lo primero, tal vez ^^U), y el resto, en la casa rural a la que suelo ir de vez en cuando. Disfruté mucho esos días y la mayor parte del tiempo estuve riendo, evitando el barro (y el frío) en las campas cuando salíamos y haciendo cosas chulas (artesanías, manualidades...) con una gente estupenda.

A ver cuando hacemos la próxima mousse de chocolate a la "Sassuisse" ;)

Nos expulsaron de las reuniones de chocoladictos anónimos.

Y nada, ahora Ion (Lugh/Ionus) ya se ha instalado aquí. Estamos en proceso de decoración y adecuación de la casa. Hay muchos proyectos en mente y tengo muchas ganas de llevarlos a cabo.

Y también hay muchas, muchas cosas preparadas para los findes de abril: Boscos Endins (la adaptación de Into the Woods de Stephen Sondheim llevada a cabo por Dagoll Dagom), el conciertazo de Nightwish (hay quien dice que hemos de buscar casa donde dormir unas horas después del evento, aunque creo que podríamos mantenernos despiertos hasta el día siguiente) e incluso la despedida de soltera de una de mis mejores amigas (o al menos, de una de las muy muy queridas) en otra casa rural distinta...



Always look on the bright side of life

y eso estoy haciendo. La vida me sonríe y yo sonrío a la vida, y la disfruto con el resto de la gente, y me acompañan momentos y gente maravillosos. ¿Qué más puedo pedir?

Últimamente que tengo tantas cosas con las que actualizar es curioso que precisamente tampoco tengo muchas ganas de escribirlas.

Estos días en la casa rural de Zeanuri fueron el inicio de muchas cosas y de proyectos para el futuro. Tengo ganas de empezar a trabajar en ellos y de ver como, poco a poco, se cumplen.

Poco a poco todo empieza.

¡Besos!

lunes, 3 de marzo de 2008

Surrealista. Ho trobo surrealista.

Mi vida es una pequeña tira cómica, de las que aparecerían en un periódico de fin de semana. Tan pronto tengo increible buena suerte, como me pasan cosas raras. O más bien surrealistas.

De buena suerte, me acuerdo de un gran ejemplo que sucedió en el viaje a Dublín. Estaba hablando con una compañera sobre el factor suerte, que bajo mi punto de vista sería algo así como que la buena suerte te la traes tú (o la haces tu mism@) si crees en ella. Paré medio minuto para hacer un par de fotos a una farola (las farolas dublinesas son preciosas). Y seguí caminando mientras charlaba con ella. Un instante después me llama otra compañera que estaba unos pasos más atrás. "Inanna, no sabes de la que te has salvado" -me dice con los ojos abiertos. "¿Qué ha pasado? No me he dado cuenta de nada", decía yo mientras pensaba algo así como "no he cruzado la calle y no me han podido atropellar. Tampoco había bicis cerca ni ninguna persona rara". "Acaba de caer una mierda de paloma donde tú estabas justo cuando te has ido". Me giré hacia la compañera con la que había estado hablando de la buena suerte. "¿Lo ves?" dije, toda contenta.


La foto que hacía justo antes de que la paloma quisiera atentar contra mí.

Y de surrealismo... Un día estaba tomando un café con Nur, hará un par de años. Ambas tomamos un café descafeinado de cierta marca que siempre pone mensajes en los sobres del tipo "des-cansa", "des-conecta: Relájate, date un respiro". El de ese día era: "des-cubrir. Hoy tu hijo dirá mamá por primera vez. No te lo pierdas". Evidentemente hicimos bromas al respecto, de niños secretos y cosas parecidas. Llamaron a mi amiga por teléfono: era su pareja. Inmediatamente después de colgar me llamaron a mi. Y dijimos, mira, ahora será tu novio. Descolgué casi sin mirar el número. "¿Sí?". "¿Mamá?" dijo una voz de niño de unos 11 o 12 años, sudamericano. Me quedé helada. "N-no, te has equivocado". "Ah, lo siento". Le expliqué a mi amiga y ambas miramos los sobres con los ojos desorbitados. "Hoy tu hijo dirá mamá por primera vez". Vale, no era mi hijo, pero por primera vez me llamaron mamá. Y eso no se olvida.

El viernes pasado puse el despertador en mi móvil. Sonó y yo me quedé unos minutos más entre las sábanas, perezosa. Después el móvil sonó nuevamente, alguien me llamaba. Pensé "¿será Nur? o ¿Ion?" (las dos únicas personas capaces y de las pocas con mi permiso para llamarme a las 8:10 de la mañana). Pero no, era un número desconocido para mí. Tratando no poner mi voz ronca característica de la mañana, contesté. "¿Sí?....... ¿Hola?.... ¿Hay alguien?.... ¿Hola?... ¿Eo?...." Y cuando ya estaba pensando en colgar, una voz diminuta de niño pequeño dijo: "M'he equivocat" (me he equivocado). Era TAN adorable. Dije que no pasaba nada y me levanté.

Ese viernes fue raro. Una compañera sentada detrás mío vomitó y el profesor no se dió cuenta. Compré mi primer pirógrafo. No, pirogravador. Será el inicio de muchas cosas, creo.

Cuando anuncié en casa que quería uno, después que mi amiga Zazu me hubiera hablado del tema, mi madre entornó los ojos y dijo con voz de circunstancias: "¿estás segura?". Ion dijo: Inanna, vas a quemar la casa". Y Didi, que me acompañó, al verme tan feliz y pegando botes no pudo sino contribuir a mi alegría con un preocupado: "Vas a liarla".

Pues después de haber usado el pirógrafo en dos ocasiones, puedo deciros a todos que NO he quemado la casa, sigue entera, no he quemado el madero entero ni la he liado. Sólo me he quemado una docena de pelos mientas aguantaba el pirógrafo con la boca como si fuera un boli.

¡Pero nada más!

Ahora cuando lo uso, me pongo una diadema de tela.

Recuerdo que me pasaron más cosas raras estos días, pero no logro acordarme.

Ah, bueno... mientras ayer paseaba a Llamp dos señores negros, uno de ellos tamaño hobbit y dentudo, y el otro bastante alto y cuadrado, inexplicablemente me pararon y me tuvieron 20 minutos dándome la tabarra para tomar algo con ellos, quedar, conocernos y lo que surgiera. O para que les diera mi móvil. Como no se lo di y no callaron hasta que apunté el teléfono de uno de ellos, ahora van a estar esperándome en una cafetería que hay al lado de mi casa. O eso dijeron.

Lugh, ven ya a Tarragona T_T

EDITO: Acabo de acordarme. Parece ser que el finde que estuve en Zaragoza, dos amigos me vieron caminando por mi calle. Sí, por lo visto había una doble mía que también utiliza gafas, gorritos, tiene el mismo color y estilo de pelo. Inquitetante.

En fin, seguiré con otros temas otro día... y a ver si me animo a hacer mini resumen del viaje....

Besos!!