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martes, 31 de diciembre de 2013

Bye old, hello new.

Sentarme a escribir en el blog siempre me parece un poco como enfrentarme a mí misma, a escuchar las cosas que tengo que decirme y que a veces no tengo ganas de escuchar, porque sé cuáles son. Y es duro. Es duro porque en ocasiones tienes que pretender no acordarte de ellas para poder seguir adelante. Y porque hay gente que aún me tiene en su feed y les aparezco en novedades cuando escribo algo nuevo o porque de vez en cuando entran en mi blog y lo leen. Y no me gusta preocupar a la gente, especialmente si no pueden hacer nada por echarme una mano.

He utilizado esto a lo largo de los años para escribir reflexiones, contar cosas que se me ocurrían y que pensaba que a nadie más les podía interesar, para dejar al mundo alguno de mis escritos, que no quedaran solo en una libreta o en el disco duro del ordenador, para reírme de las cosas... y en ocasiones hasta de mi diario. Aunque es raro escribir un diario que cualquier persona que llegue pueda leer (si bien también es raro que esa persona puedas ser tú mismo más adelante y leas las cosas que dijiste en determinado momento de tu vida).

Cuando termina el año siempre tiendo a hacer "balances" o dejarlo listo para el siguiente. Ni que fuera una contable. No sé qué tienen, pero adoro hacer listas y pensar en todo el tiempo que tienes delante para cumplir cosas, las posibilidades que te da el día de mañana. Es un símbolo, claramente. Mañana saldrá el sol como cada día, y habrá un nuevo amanecer, y se volverá a poner y volverá a salir. Solo que el 31 de diciembre marca un final y el 1 de enero es un comienzo. Son metas y comienzos importantes, porque tú mismo te marcas los límites, los finales y los comienzos... si no existieran los lunes y los domingos, los cambios de mes y de año, las fiestas especiales o los cumpleaños, sentiríamos cada día igual. A pesar que cada trae consigo nuevas oportunidades y posibilidades de hacer todo eso que te has dicho... pero parece que si no existe un final o una meta o el lugar donde empezar, todo continúa igual.

Este año creo que puedo decir que ha sido un año de mierda. No me ha gustado mucho, la verdad. He estado mal, anímicamente, emocionalmente. Me he caído una docena de veces o más y me he vuelto a levantar. A veces hasta me sorprendo de que lo siga haciendo. Ahora expreso más cosas de lo que hacía hace años, pero lo que llaman "la verdadera procesión" la sigo llevando por dentro, porque soy de las que prefiere contar que han estado mal una vez ha pasado. Porque a veces, si lo cuentas "durante", mientras lo estás pasando mal, te hundes. Por eso no escribo por aquí. Una de las cosas por las que estoy agradecida de este año es que mi madre, después de meses e incertidumbre, le detectaron un cáncer y pudo ser extraído a tiempo (muy justito, pero a tiempo) y no necesita tratamiento. Hay otros que no pueden decir lo mismo. Estoy agradecida por ello y por tener a gente cerca que de vez en cuando me hacen reír, aunque en el fondo me cueste, o me ayuden a desconectar a ratitos. Los que no preguntan, sino que se sientan a escuchar, y si quieres hablar, bien, y si no, también. No hay prisa.

Me he hecho una lista de cosas que quiero hacer este año, No "propósitos" en sí, sino pequeñas rutinas que quiero añadir a mi día a día, que creo que pueden aportarme algo a la larga.

El año que viene veré los que he logrado añadir.

Aunque mañana sea un día más y vuelva a salir el sol, necesito creer que hoy será un final, que mañana habrá cosas diferentes, que habrá cosas nuevas, que poco a poco me curaré por dentro y podré estar contenta, feliz, otra vez. Es trabajo personal. Será duro y tendré que tomar decisiones que dan miedo y no me gustan, pero tengo que creer que todo servirá para algo.

Feliz año NUEVO, seas quien seas que leas esto.

Esperanza creo que es lo que trae esta época, esperanza por los cambios, por que todo sea mejor.

Que la esperanza te dure mucho en 2014.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Este es un post triste


Hace un mes y medio que no escribo. A ratos tengo muchas ganas de volver a escribir, cosas mías y cosas de blog.
Pero tengo miedo, todavía.
Siento como si me hubieran arrancado la mitad del corazón y la parte que queda todavía está cicatrizándose. Es un proceso lento, doloroso a ratos, pero es curativo. Llevará un tiempo.
El traumatólogo me dijo en mi última visita que tuviera mucha paciencia con las cervicales y la espalda, después del accidente.
Me siento cada mañana frente un espejo cuadriculado a mirar a lado y lado, diez repeticiones, arriba y abajo, inclinando la cabeza, a tirar la barbilla para atrás. 
Y con lo otro, pues paciencia. Mucha paciencia. Me pregunto cuánto tiempo pasará hasta dejar de soltar lágrimas cuando me doy cuenta de que no, no va a venir, no, no va a volver a saludarme, ni a saltar sobre mí contento.
Una de las cosas que más me gustaban era que cada mañana, cuando te levantabas, te saludaba como cuando vuelves de un viaje. Y es cierto, el sueño es un viaje largo y, a veces, hasta peligroso, pues hay quien no vuelve después del sueño.
Él lo sabía y por eso se alegraba de verte cada mañana.
Creo que jamás había echado tanto de menos a alguien, al menos por ahora.
Pero me han enseñado que la vida te presta todo lo que tienes, pero es sólo eso, un préstamo. Al final hemos de devolverlo, y no siempre cuando nosotros queremos.

Volveré a escribir otro día. Más adelante, creo. Sigo sin poder enfrentarme a las páginas en blanco sobre mi.

Besos!

miércoles, 26 de mayo de 2010

Las cuatro patas peludas



Estoy triste.

Creo que nunca (o, al menos, muy pocas veces) una comedia me ha hecho llorar tantísimo. Y mira que había ratos que han resonado las carcajadas.

He visto un cacho de Una pareja de tres. Sale el actor Owen nosequé, que muchas veces es pareja cómica del de Zoolander.

Soy fatal con los nombres de los actores.

Nunca me había llamado especialmente la peli esta. Pareja de recién casados con un perro destroyer en casa.

Conforme pasaban los minutos... Me han recordado a cosas que hacía mi perro Llamp (suerte que él es un Cocker Spaniel y no un Labrador, y que es más obediente que el de la peli). Luego Marley, el de la pelicula, se ha ido haciendo mayor. Y me ha recordado a cosas que hacía mi perro Llamp. Luego, Marley, el de la pelicula, se ha hecho más mayor. Con los altibajos de energía-contento-saltos-ladridos y sordera-cansancio-dormir en profundidad y sustos que te dan los perros con la salud cuando se hacen mayores, como mi perro Llamp.

He visto los mismos ojos que pone Llamp a veces.

Cuesta mucho hacerte a la idea de que tu perro, al que has criado y visto crecer, que te ha hecho crecer y visto crecer a ti a su vez, se hace mayor. En que hay momentos en que parece que se vaya a ir. Que van varios sustos.

Aunque quede muy feo decirlo, porque estas cosas no se han de decir, quiero más a mi perro que a muchas personas que conozco. Y sé que cuando muera voy a llorar muchísimo más por él que por tantas otras personas. Me sabrá mal si les pasa algo. Pero...

El perro te da un cariño especial. Te lo da todo, siempre, siempre, siempre. Da igual que estés de mal humor y le hayas gritado, da igual que un día no le hayas hecho demasiado caso, o te hayas ido unos días sin él. Él siempre te espera, te viene contento, te alegra. Siempre lo hacen, siempre. Los que no tienen o no han tenido perro no lo entienden. Es así.

Me he pegado una llorera impresionante.

Peor que cuando vi Un Puente Hacia Terabithia hace dos años.

Soy un desastre. Hace tiempo que tendría que estar haciéndome a la idea de que ya tiene casi trece años (el martes que viene es su cumpleaños), que no va a durar siempre, que es ley de vida... Pero no puedo, porque cada vez que lo intento me pongo triste y lloro. Y cuando me lo ponen por la tele, tal cual, pues... pasa esto. Que termino hecha una mierda llorona.

Hoy he ido al dentista. Y me ha hecho daño. Pero más daño me he hecho yo solo por sospesar la posibilidad de que un día mi perro Llamp seguirá el camino de Marley, el perro de la película.

Recuerdo cuando de pequeño me cabía en la palma de la mano. ¿Os imagináis? Era pequeñísimo. Me lo regalaron cuando tenía dos meses. A veces se perdía por la casa, era demasiado grande para él. Y cabía en cualquier rincón.

Cuando me lo regalaron... creo que fue uno de los momentos más felices de mi vida. Para que os hagáis una idea, llevaba pidiendo un perro desde que aprendí a hablar. Y aprendí pronto.

Me lo regalaron en mi 12º cumpleaños.

Sé lo del ciclo de la vida, sé que llegará el momento, sé que estaré triste y que más vale aceptarlo. Ya lo sé. No hacen falta muchos comentarios aquí al respecto. Pero necesitaba desahogarme.

Voy a darle una vuelta, si es que no se ha quedado dormido y quiere salir.


Besos.





[ACTUALIZACIÓN del día siguiente: ya estoy mejor. He dormido como un bebé, y la muela "dentistificada" se ha portado bien. Como dato gracioso, esta mañana, recién levantada y zombi perdida, he ido a hacer carantoñas a mi perro Llamp. Mi madre me ha preguntado "¿Qué tal el diente?" y yo estaba respondiendo que "bie..." cuando mi perro ha levantado la cabeza y me ha dado un cabezazo justo donde hay la muela damnificada. Ah, dogs, gotta love 'em]

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Me cuesta tanto...



Vale. Esta entrada sí será melancólica. O esa es la sensación que me da. Me doy permiso para ser melancólica hoy.

No tengo sueño. Como otras veces, supongo que solo será cuestión de meterme en la cama. Pero es que no me llama mucho que digamos, y ya son las (¿o sería es la?) 1:52...

Hoy he estado escuchando Mecano. Y algunas de Celtas Cortos. De Celtas procuro escuchar poca cosa, porque sí que me ponen melancólica y triste, supongo que porque muchas canciones ya tienen un aire tristón y nostálgico (La Senda del Tiempo... 20 de Abril del 90, entre otras). 20 de Abril siempre ha sido, es y será una canción extraña para mí. Me encanta. Me la sé de memoria de pe a pa, y sin embargo, desde el primer día que la oí que lo relacionaba con amigos que en ese momento estaban y que sabía que nos alejaríamos (allá a los 17 años). Y claro, ahora es escucharla y no puedo evitar que me vengan a la mente, no esos amigos en los que pensaba, sino la cantidad de épocas que se han quedado atrás. Pero bueno. Hoy es hoy y mañana es mañana. Mejor pensar en ellos que es más productivos que en el ayer y el antes de ayer.

De Mecano no puedo evitar llevar todo el día canturreando "Me cuesta tanto olvidarte". ¿Por qué será?

Como dice Amaral, la melancolía es un licor bien caro, y no te has dado cuenta y ya te ha emborrachado... Supongo que me ha debido pasar eso. Hace un rato iba con el puntillo de melancolía y ahora me he pasado pidiendo en la barra. "Melancolía" sería un nombre bonito para un combinado. Sería un licor para tomar exclusivamente cuando te lo estás pasando en grande una noche con los amigos. La MEJOR noche. La que recordarás durante años. Bien. Esa será la primera copa de melancolía. Las siguientes veces que la pidas, recordarás esa gran noche y te pondrás a hablar de ella con tus amigos, y en silencio recordarás los momentos de ésta y de otras que en su momento no te parecieron gran cosa aunque estuvieran bien. Melancolía es un licor de sabor afrutado y dulce, refrescante, que te entra como el auga un día de Sol, pero que cuando llevas un par de copas sabes que al día siguiente tendrás una resaca del quince, porque todo el mundo sabe que las resacas provocadas por licores dulces son las peores.

Me lo ha contado todo el mundo. Yo no lo sé porque apenas bebo. (Los mojitos valen la pena para ser mi excepción de no-bebo-alcohol-gracias. Y el hidromiel.). Tampoco me he emborrachado ni he pillado nunca una resaca. Pero he visto gente con resaca y borracha... y no me llama mucho. El día que lo esté... será por uno los siguientes dos motivos: celebración de una gran, gran, gran alegría (con opción a desquite), o por una gran, gran, gran pena que culminará en "me da igual, voy a hacer una tontería y a beber" (aunque me suba la primera copa. Lo comprobé este verano con un ron con cola. A medio vaso notaba los efectos. Al vaso entero daba vueltas la habitación si giraba demasiado rápido la cabeza. Tuve que hacer puntería para sentarme en un sofá, dejándome caer. Culminé la noche con un mojito delicioso. Por entonces había decidido que era mejor apalancar mi espalda y cuello al sofá para hablar con mi interlocutor. Las dos visitas al lavabo fueron una auténtica aventura. La próxima vez un solo mojito. Nada más, gracias).

Si hoy fuera una noche de verano llamaría a alguien para salir a dar una vuelta por ahí y tomar algo. Pero es la madrugada de un martes de invierno y hace frío. Sí, por fin hace frío.

Esto es un asco. Para poner las canciones aquí de Amaral y Celtas Cortos las he tenido que escuchar, aún sabiendas de que me ponen aun peor. Malditos tes de hoy. Tres puñeteros tes y Sueño sigue sin llegar. Mañana, cuando a las 8 o a las 7.30 mi perro ladre para despertarme me acordaré de toda su familia canina y de todas las plantaciones de tés negros English Breakfast y té rojo Pur-eh (o como narices se escriba) en el mundo.

A lo largo de esta noche me he dedicado a leer entradas de wikipedia y paginas acerca de Mecano, Ana Torroja, José Nacho... Dios.

Eh, un bostezo. Es buena señal. Son las 2:37. No es mala hora para tratar de dormir. Voy a intentar a ver qué pasa.

¿Buenas noches?

PD: El título iba por la canción de Mecano, "Me cuesta tanto olvidarte", sin embargo con los puntos suspensivos... estaba pensando que también quedaría válido un "Me cuesta tanto dormirme".

Hum....

Me cuesta tanto dormirme, me cuesta tanto... dormirme me cuesta tanto, dormir todo un día de sin saber... muy bien qué hacer. Y no sé si seré sensata, lo que sé es que me cuesta un rato hacer cosas sin querer. Y aunque fui yo quien decidió beber un té, y no me canse de jurarme, que no habrá segunda taza... Me cuesta tanto dormirme... Me cuesta tanto dormirme... Me cuesta tanto...

Vale. Es definitivo. Me voy xD.

martes, 25 de agosto de 2009

Siempre


Siempre insuficiente. Siempre menos de lo esperado. Siempre demasiado necia. Siempre castigándome por querer cumplir mi sueño, por luchar por él. Porque no me dio la gana de ser médico o abogado. Porque no quise ser profesora. Porque parece que me castigues por querer ser quien quiero ser.

Porque pensaba que ya había pasado todo, que estaba todo bien.

Porque estaba bien porque llevabas años callándote.

Porque has hablado.

Porque en el fondo todo sigue igual.

Y porque yo siempre te voy a defraudar porque no soy quien tú quieres que sea.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Antes, oyendo la tele de fondo, me he dado cuenta que nos hemos hecho muy amigos de algunos términos y que incluso convivimos con ellos frecuentemente.

Cambio climático, crísis económica, sequía, cáncer, SIDA, guerra, tumor, paro, violencia de género, racismo, bancos, hacienda...

Me han venido a la mente estas, seguro que si me quedo a pensar un rato se me ocurren muchas más.

Cosecha mala, huracán, 45.000 personas muertas, 55.000 damnificados.

Es normal que la sociedad esté enfermando. Sólo nos llegan las notícias malas. Nos quedamos con todo lo negativo, hasta que pensamos que es lo importante. Las cosas buenas parece que queden en segundo lugar. Veamos cuantas cosas buenas puedo sacar en una lista rápida.

Amor, leer, escribir, puesta de sol, amanecer, música, gaviotas, mar, bosque, susurro de árboles, un amigo, un grupo de amigos, risas, juego, viajes, avión, camello (de animal), (yo pensando -relacionando: drogas, pero no como algo positivo. se me ha colado por la doble noción que hay ahora de 'camello'), India, Irlanda, mar, océano, arena, esperanza, amistad, sonrisa, Sandman, Loreena McKennitt, Waterhouse, hadas, libros, dibujos, hojas...

Tengo dos amigas psicólogas. ¿A alguna le apetece hacerme un diagnóstico con mi unión de ideas? Jajaja. Sí, es cierto que cuando estamos de buen humor encontramos más, pero, aun así. Que nos inculcan demasiada tristeza y demasiadas cosas malas.

Estoy pensando en hacer lo que leí que hizo un hombre. Antes cada día leía los periódicos y miraba las noticias, porque hay que estar informado de lo que pasa en el mundo. ¿Cuántas veces nos han dicho esto nuestros padres? Pues bien, el hombre acabó por estar algo triste de forma generalizada. Llegó a la conclusión que en las noticias solo había cosas malas y quelo hacía por una obligación que él mismo se había impuesto. De modo, que dejó de hacerlo y se dedicó a mirar las noticias una o dos veces a la semana para ver cómo andaba el mundo y se acabó.

¿No están más felices los pastores de Mongolia que muchos del Wall Street el día que baja la bolsa? Pues eso.

Besos a todos y buenas noches. La inspiración viene cuando le apetece.

PD: El título del post viene a la idea negativa más simplificada que he encontrado: un no rotundo a todo.

lunes, 22 de octubre de 2007

Mi segundo adiós a Juan Antonio Cebrián

Soy lo que no hay...

Que no hay manera que me ponga media hora a escribir cómo fue el viaje, qué vi, lo bien que me lo pasé y cuatro fotos para ilustrar.

Intentaré hacerlo esta semana como muy tarde. Igualmente enviar fotos al resto de aventureros con los que compartimos los (pocos) días de viaje y las horas de carretera (que de eso sí hubo).

Factores por los que no escribo acerca del viaje: tengo sueño. Ayer (más bien hoy) me fui a dormir a las 4:15 de la madrugada y me he levantado a las 9:26 exactamente. ¿La razón? El sabado 20 falleció "nuestro amigo y compañero" Juan Antonio Cebrián. Uno de los mejores periodistas que teníamos en este país. Trabajaba en Onda Cero, director de la Rosa de los Vientos... ya era la undécima temporada. Ahora se emitía los fines de semana, de 1 a 4 de la madrugaba. En este espacio se tratan temas que van desde la historia, lo paranormal, misterios, espías, notícias del mundo, cosas curiosas... Lo mejor de todo era "La Zona Cero", que en el que hacía un monográfico en plan profundo de algún tema y los "Pasajes de la Historia" donde la magnífica voz de Juan Antonio nos trasladaba al pasado más lejano o a alguna época donde ocurrieron grandes cambios, para relatarnos la vida de alguien importante... Napoleón, Cleopatra, Alejandro Magno, Marie Curie, Júlio César... y tantos otros pasaron por este rincón.

Juan Antonio Cebrián
era joven, murió de un infarto con solo 41 años. Onda Cero informó a los radiooyentes con esta breve misiva. Nadie se lo podía creer.

Anoche, en la madrugada del lunes, en la hora habitual desfilaron sus amigos, compañeros y llamadas de oyentes para darle el adiós que se merecía y que ojalá nunca hubiéremos tenido que dar. Estuve escuchando todo el programa, sin importarme mucho que hoy tuviera examen. Si me hubiera ido a la cama me habría arrepentido.

Se nos ha ido Juan Antonio.

Dejaré aquí una copia del email que mandé a la Rosa de los Vientos. Si alguien quiere escribir su adiós, aquí tiene el hilo del foro.

Siempre pensé que algún día conocería a Juan Antonio Cebrián, "nuestro amigo y compañero" de tantas noches los fines de semana. Era la voz compañera, amigable, la que te hacía sonreír y entrar en el pasado. Su voz era un portal mágico.

Sí, como el resto de personas, estoy sorprendida. No me creo que haya podido pasar. No es algo que te esperes, es como una figura que sabes que de un modo u otro que sigue ahí, pase lo que pase. Ya nos dicen, "no sabemos lo que apreciamos hasta que lo perdemos".

Jamás el fallecimiento de una persona que no conozco personalmente me había causado esta tristeza. Y aun sin haberle conocido físicamente, siento que sí le conozco un poco como persona, porque lo daba todo delante del micro. Nos hacía partícipes a todos los oyentes de la tertulia, como aquel que no opina, que solo escucha... porque vale la pena escucharle.

No negaré que me hubiera encantado oír de su voz algún pasaje de la historia sobre la diosa Isthar, diosa madre, guerrera y de la fertilidad para los Babilónicos, de la que tomo el nombre. No podrá ser, una lástima.


Siempre nos quedará su maravillosa voz, su risa contagiosa y la alegría que le caracterizaba.


Juan Antonio no morirá, pues somos muchos los que le recordaremos durante muchos, muchos años.


Espero que podáis transmitirle también a su mujer, Silvia y su hijo, Alejandro, todo el a
poyo de la gente, los anónimos radioyentes, porque se nos ha ido un gran periodista y una gran persona, pero también una familia se ha roto, un niño se ha quedado sin padre.

¡Ánimo a todo el equipo y amigos de la Rosa de los Vientos! Seguid adelante con los proyectos empezados, pues es lo que él habría querido.

Cebrián llegó mucho más lejos de lo que creía y, como habéis dicho, es ahora ya una leyenda.


No sé qué más decir, aparte de lo que se suele decir en estos casos... pero lo cierto es que Juan
no ha sido una persona corriente... y es que siento una envidia sana de todos aquellos que le habéis podido conocer de cerca, y a la vez, estoy feliz de haberle "conocido" a través de la radio, por todo lo que ha transmitido.

Un gran abrazo a todos y muchas gracias,



Imagen realizada por Almanegra, otro rosaventero.


Y a continuación, dos vídeos preciosos con imagenes de nuestro amigo:








viernes, 20 de abril de 2007

En stand by

A veces me pierdo y me encierro.
Me decido y me vuelve la duda.
Camino un camino que no sé si es mi camino, sin saber qué camino es el que yo camino.
¿Qué camino es mi camino?

Habitación sin puertas ni ventanas, construida por mí a mí alrededor.
Habitación sin puerta ni ventana, nacida siendo muro, cerrada siendo sepulcro.

Panteón, tumba, mausoleo si no abro ventana o puerta.
Callejón sin salida, si no salto la verja.

viernes, 15 de diciembre de 2006

Diciembre

Diciembre es un mes contradictorio para mí desde hace años.

Por una parte, el ambiente me contagia la alegría: las luces, la ilusión de hacer regalos, de recibir una sonrisa, un abrazo, un chocolate caliente... Pero también es algo melancólico. El recuerdo de los que falta se hace más patente en estas fechas. Las sillas vacías son más notórias, aunque coloquen más sillas nuevas en la mesa. Hasta la adolescencia este mes no traía la melancolía ni la tristeza.

Hoy, estando en clase, he mirado por la ventana. Era la imagen del otoño que a mi me gusta. Cielo nublado y gris detrás de las ramas semidesnudas de algunos árboles, con las hojas marrones todavía colgando de ellos. Durante unos instantes me he sentido feliz de verlo otra vez.

La semana pasada fue muy especial. Es una de esas semanas que sé que recordaré por el resto de mi vida, si no es que hay alguna enfermedad que me ataque los recuerdos cuando sea (o no) mayor. Esperemos que no suceda. Adoro mis recuerdos.

Hubo momentos especiales, charlas, juegos, risas, una puesta de Sol, recuerdos acumulados, reflexiones. Una visita inesperada, un paseo, un té caliente al lado de la Catedral, una charla. Sinceridades.

Ayer en clase de literatura irlandesa hablamos de James Joyce, uno de los grandes exponentes de la literatura. Hablamos de una historia corta, recogida en Dubliners, que se llamaba "The Dead". Lo que decía el texto, diciembre, la puesta de Sol, el LUGAR, la muerte... hicieron que los recuerdos volvieran a estar a primera fila, excavaron en las profundidades.

Cada vez es distinto, parece más lejano. A veces pienso en si de verdad le conocí. En un par de días hará 6 años. Se dice pronto. Cuando la gente se marcha y no vuelve, llega un momento en que piensas en el antes, en como era todo entonces. Todavía tengo presente la textura de su piel, el olor que desprendía, sus gafas, su sonrisa, sus proyectos. Y me vienen flashes del final. Es en esos momentos en que me pongo algo triste. Me pregunto si me verá, si está a mi lado hablándome y no le oigo ni le veo. Me pregunto si sabrá lo que le escribí, si verá las fotos que le hice en sus lugares cuando ya no estaba.

Trato de evitar que las lágrimas se escapen, guardo la tristeza dentro un poco más. No me apetece dar explicaciones.

Es curioso como cuando falta alguien nos damos cuenta del vacío que queda, es curioso que cuando falta alguien tratamos de suplir alguna manera el vacío que nos deja. Yo lo hice con un lugar.

Ahora quieren destrozar ese lugar porque incumple la Ley de Costas. Me da miedo que no vuelva a ser como lo conocí, que cuando lo destrocen ya no pueda volver. Que me quede sin lugar. Sin el regalo que me hizo.

Diciembre, dentro de unos días, me hará ilu por los regalos que querré regalar, por las sonrisas que recibiré cuando los entregue. Diciembre, dentro de unos días, habrá calmado las lágrimas. Diciembre, dentro de unos días, traerá otros recuerdos de la silla vacía en mi otra casa.

Al Fortí de la Reina, la mar era teva

(escribo esto porque quiero y para expresarme. Por favor, no escribáis nada de "lo siento mucho" ni cosas así. Gracias ;)

Besos mil!!

sábado, 18 de noviembre de 2006

La existencia se resume en una sombra

Hace varios meses escribí esto. Hoy no me siento así del todo, pero una parte de mí, sí. Una parte que se pregunta por el tiempo... ¿A alguien le ha pasado algo parecido a esto?
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La existencia se resume en una sombra.
Pasar desapercibido para el resto del mundo.
Conseguir no atraer miradas de curiosidad,
Miradas inquisitorias, miradas…

¿Qué pasa con tu tiempo?
¿Qué dices cuando ayer es hoy?
Cuando el mañana vuelve a ser ayer.
Que no te das cuenta y pasan las horas.
Te descuentas con los minutos y ya han pasado semanas.
Te duermes un rato y ya ha pasado un año.

No me preguntes. Te diré que no sé.
¿Por qué? ¿Desde cuando?
No te sabré decir.
¿Sola? No. Somos muchas en un mismo lugar.
Una boca, una mente, unos ojos y un par de orejas.
Y aun así es como si tuviera cinco pares de todo.
Que soy yo misma y aún así no lo soy.

Viajar entre sombras, observar desde la oscuridad.
Ser una antorcha, ser una hoguera, ser un incendio.
Una cerilla que se apaga. El humo restante. El hollín que mancha.
El esqueleto carbonizado de un pedacito de madera ignorado por el mundo.
Observando el mundo, o tal vez ignorando el mundo que le rodea a su vez.

¿Qué pasa cuando miras a las ventanas ajenas?
Y cuando te vuelves a mirar la gente que anda a tu alrededor, y te preguntas si estás o no estás. Si te ven o si tú también andas. Si eres impasible al paso del tiempo, si no cambias. Si todavía soy yo, o dejé de serlo hace tiempo.
¿Cuál de todas soy yo en verdad?
¿Lo somos todas a la vez?
¿Cuántas encerradas en un mismo cuerpo?

miércoles, 11 de octubre de 2006

Melting pot

Es una semana rara. La semana de clases dura 3 días, mientras que el finde, 4. Mola.

Últimamente estoy bastante introspectiva. Tengo tendencia a pensar mucho en mi misma. No a pensar en sacar provecho por parte de los demás, si no a tratar de descubrirme un poco más. No sé qué piensa la gente de mi alrededor. No sé si creen que soy una pesada o que paso de todo, de si no me entero de nada o me entero de todo, de si parezco contenta o feliz o triste.

Creo que debe de ser algo complicado convivir conmigo. Mi madre me decía hace años que me complicaba la vida. Ahora creo que es cierto. Soy complicada, tanto como a veces simple.

Tengo cambios de humor. Puedo pasar de estar riendome a carcajadas con la gente a irme a otro planeta años luz de aquí. O levantarme de mi lugar entre el grupo e irme a otra parte, a estar sola o a estar con los árboles.

Hablando de irse. Mañana me voy a Zaragoza a ver unos amigos, Martin y Aranzazu (links de su página en DeviantArt a la derecha). Tengo muchas ganas de estar con ellos estos días, especialmente tengo ganas de hablar con Aran. Me gustaría conocerla más, es una chica encantadora. La verdad es que ambos son un Sol. Ains, qué bonito que haya gente así en el mundo.

Es gracioso como una simple visita a unos amigos te haga ponerte un poco las pilas con las obligaciones y tomártelo con más ganas.

Estoy empezando a coger gusto por el yoga. Gusto de verdad.

Y por ahora, poco más. Mis días se resumen en levantarme sobre las 8:21 AM, ducharme y vestirme, desayunar, hacer algo de deberes o pasear al perro, depende de la hora, ir a clase, volver a casa a las 2:20, comer, sacar al perro, ir a clase de 4 a 7 PM, a yoga de 7 a 9.30, sacar al perro, hablar con Lugh, encender una vela y apagarla al cabo de media hora, ir a dormir cerca de la 1. Algún sábado o domingo, o una tarde que no tenga faena (tardes en via de extinción) tal vez pueda permitirme el lujo de tomar un té con algún amigo cercano. Cada vez menos. Cada vez se convierte realmente en un lujo y en algo que esperas con ganas.

Me llaman ermitaña. No les culpo. Espero que no se me termine el tiempo por ahora; hay mucho que vivir, que viajar, que conocer, que ver...

¿Qué haríais en vuestro último día de vida si supierais una mañana al despertar que os moriréis esa noche?

(¿O qué os gustaría hacer?)

Besos a tod@s!!

sábado, 3 de junio de 2006

Día triste

Una paloma descendió abruptamente hacia el suelo.
Una paloma gris se ha chocado contra el pavimento.
Moribunda, se mueve espasmódicamente.
El cuerpo le duele. Sabe que pronto llega el final.

Tú eres la única persona que ha oido el ruido de su final.
La única que a estas horas la está viendo morir.
Otro cadáver de ave. Ya son dos del último año.
Seis o siete, o más, desde que me mudé.

La paloma ha dejado de luchar. Está quieta.
Tal vez se ha muerto ya.
Me hubiera gustado salir, recogerla y curarla,
aunque no hubiera vuelto a vivir.
No lo hice, respaldada por miedos internos.

¿Cuántas veces hacemos lo mismo; mirar desde ventanas,
siendo testigos y sin tomar parte en nada?