miércoles, 11 de octubre de 2006

Melting pot

Es una semana rara. La semana de clases dura 3 días, mientras que el finde, 4. Mola.

Últimamente estoy bastante introspectiva. Tengo tendencia a pensar mucho en mi misma. No a pensar en sacar provecho por parte de los demás, si no a tratar de descubrirme un poco más. No sé qué piensa la gente de mi alrededor. No sé si creen que soy una pesada o que paso de todo, de si no me entero de nada o me entero de todo, de si parezco contenta o feliz o triste.

Creo que debe de ser algo complicado convivir conmigo. Mi madre me decía hace años que me complicaba la vida. Ahora creo que es cierto. Soy complicada, tanto como a veces simple.

Tengo cambios de humor. Puedo pasar de estar riendome a carcajadas con la gente a irme a otro planeta años luz de aquí. O levantarme de mi lugar entre el grupo e irme a otra parte, a estar sola o a estar con los árboles.

Hablando de irse. Mañana me voy a Zaragoza a ver unos amigos, Martin y Aranzazu (links de su página en DeviantArt a la derecha). Tengo muchas ganas de estar con ellos estos días, especialmente tengo ganas de hablar con Aran. Me gustaría conocerla más, es una chica encantadora. La verdad es que ambos son un Sol. Ains, qué bonito que haya gente así en el mundo.

Es gracioso como una simple visita a unos amigos te haga ponerte un poco las pilas con las obligaciones y tomártelo con más ganas.

Estoy empezando a coger gusto por el yoga. Gusto de verdad.

Y por ahora, poco más. Mis días se resumen en levantarme sobre las 8:21 AM, ducharme y vestirme, desayunar, hacer algo de deberes o pasear al perro, depende de la hora, ir a clase, volver a casa a las 2:20, comer, sacar al perro, ir a clase de 4 a 7 PM, a yoga de 7 a 9.30, sacar al perro, hablar con Lugh, encender una vela y apagarla al cabo de media hora, ir a dormir cerca de la 1. Algún sábado o domingo, o una tarde que no tenga faena (tardes en via de extinción) tal vez pueda permitirme el lujo de tomar un té con algún amigo cercano. Cada vez menos. Cada vez se convierte realmente en un lujo y en algo que esperas con ganas.

Me llaman ermitaña. No les culpo. Espero que no se me termine el tiempo por ahora; hay mucho que vivir, que viajar, que conocer, que ver...

¿Qué haríais en vuestro último día de vida si supierais una mañana al despertar que os moriréis esa noche?

(¿O qué os gustaría hacer?)

Besos a tod@s!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no sé... Diría todas las cosas que nunca he dicho... y le pediría a una antigua maestra que me diera una pequeña clase de literatura (parece raro, pero tiene su explicación lógica xD).
Pásalo bien en Zaragoza y muchas gracias por los ánimos!

Anónimo dijo...

¡Eso es de un relato tuyo! Y de un capítulo de Anatomía de Grey... y de mil lugares distintos en realidad...
Creo que...solo sería capaz de llorar y lamentarme.