1. adj. Dicho de una persona: Que anda por tierras extrañas.
2. adj. Dicho de una persona: Que por devoción o por voto va a visitar un santuario, especialmente si lleva el bordón y la esclavina. U. m. c. s.
3. adj. Dicho de un ave: Que pasa de un lugar a otro.
4. adj. Dicho de un animal o de una cosa: Que procede de un país extraño.
5. adj. Extraño, especial, raro o pocas veces visto.
Me quedo con la primera, la tercera y la quinta.
La primera porque era mi deseo o mi sueño hace años. Tal vez lo sigue siendo, pero de un modo distinto. Cambiamos mucho a lo largo de los años. Cambiamos por las decisiones que tomamos, por la gente con la que vamos, con la que dejamos de ir y por las circunstancias que nos llevan por la vida. Me doy cuenta de lo mucho que he cambiado. Hace años no me hubiera costado mucho desprenderme de bastantes cosas que rodean mi vida e irme. Porque era mi deseo: irme, para descubrir y vivir cosas nuevas, salir de una jaula, así como huir de ella. Ahora, las cosas como sean, sí me costaría mucho. E ir por ir, prefiero ir lejos, a lugares que me han robado el corazón. Si llegara el caso, sí, tendría que sopesarlo detenidamente.
La tercera, porque las aves migratorias me fascinan. Especialmente las golondrinas, tan alegres con sus chillidos a primera hora de la mañana y última de la tarde. Las golondrinas vienen por parte de mi abuela materna y mi madre. Yo las veo como un sinónimo de libertad.
La quinta, claro está, es porque soy rara, extraña. Aunque cada vez me siento menos extraña, desde que he encontrado gente que es afín a mí. Ya no me siento tan rara como antes, hace años. Era el resto y yo. Y poco a poco, en los últimos años, he ido encontrando personas que son poco comunes y que, gracias a ellas, han hecho que me sintiera menos sola. (Aunque yo siga siendo rara, extraña y original. Me viene por nombre y por personalidad).
Hace años "Pilgrim" me iba como anillo al dedo.
Ahora tal vez no cuadre tanto con las acepciones de peregrina como hace tiempo. Pero Pilgrim sigue siendo una parte de mí. Sigo siendo yo, aunque haya cambiado tanto. Y creo que Inanna Pilgrim es el apodo que mejor me puede definir, el que capta la mayor parte de mi esencia.
Lo que me da miedo... creo que es retomar ese peregrino que hay en mí. Porque sé que si lo retomo, lo haré con más fuerza que la que tenía antes. Y que si lo hago me alejaré de muchas personas, cosas y lugares queridos para mí. No sé si estoy preparada. Me da miedo, sí. Creo que solo sería capaz de hacerlo en dos circunstancias y ninguna de las dos me gustan. No me preguntéis por ellas, porque me gusta tener mis secretos.