sábado, 23 de enero de 2010

Pilgrim


Pilgrim viene de "peregrino", del latín peregrinus. Según la RAE (entre otras):

1. adj. Dicho de una persona: Que anda por tierras extrañas.

2. adj. Dicho de una persona: Que por devoción o por voto va a visitar un santuario, especialmente si lleva el bordón y la esclavina. U. m. c. s.

3. adj. Dicho de un ave: Que pasa de un lugar a otro.

4. adj. Dicho de un animal o de una cosa: Que procede de un país extraño.

5. adj. Extraño, especial, raro o pocas veces visto.



Me quedo con la primera, la tercera y la quinta.

La primera porque era mi deseo o mi sueño hace años. Tal vez lo sigue siendo, pero de un modo distinto. Cambiamos mucho a lo largo de los años. Cambiamos por las decisiones que tomamos, por la gente con la que vamos, con la que dejamos de ir y por las circunstancias que nos llevan por la vida. Me doy cuenta de lo mucho que he cambiado. Hace años no me hubiera costado mucho desprenderme de bastantes cosas que rodean mi vida e irme. Porque era mi deseo: irme, para descubrir y vivir cosas nuevas, salir de una jaula, así como huir de ella. Ahora, las cosas como sean, sí me costaría mucho. E ir por ir, prefiero ir lejos, a lugares que me han robado el corazón. Si llegara el caso, sí, tendría que sopesarlo detenidamente.

La tercera, porque las aves migratorias me fascinan. Especialmente las golondrinas, tan alegres con sus chillidos a primera hora de la mañana y última de la tarde. Las golondrinas vienen por parte de mi abuela materna y mi madre. Yo las veo como un sinónimo de libertad.

La quinta, claro está, es porque soy rara, extraña. Aunque cada vez me siento menos extraña, desde que he encontrado gente que es afín a mí. Ya no me siento tan rara como antes, hace años. Era el resto y yo. Y poco a poco, en los últimos años, he ido encontrando personas que son poco comunes y que, gracias a ellas, han hecho que me sintiera menos sola. (Aunque yo siga siendo rara, extraña y original. Me viene por nombre y por personalidad).

Hace años "Pilgrim" me iba como anillo al dedo.

Ahora tal vez no cuadre tanto con las acepciones de peregrina como hace tiempo. Pero Pilgrim sigue siendo una parte de mí. Sigo siendo yo, aunque haya cambiado tanto. Y creo que Inanna Pilgrim es el apodo que mejor me puede definir, el que capta la mayor parte de mi esencia.

Lo que me da miedo... creo que es retomar ese peregrino que hay en mí. Porque sé que si lo retomo, lo haré con más fuerza que la que tenía antes. Y que si lo hago me alejaré de muchas personas, cosas y lugares queridos para mí. No sé si estoy preparada. Me da miedo, sí. Creo que solo sería capaz de hacerlo en dos circunstancias y ninguna de las dos me gustan. No me preguntéis por ellas, porque me gusta tener mis secretos.

miércoles, 20 de enero de 2010

Sigo ahí



Pues aquí andamos... empezando el año "normal", con concurso de AK-WAR y convocatoria de AK-Relatos...

¿Cosas nuevas? Más bien pocas. Pero aquí seguimos, escribiendo, re-re-retocando relatos, traduciendo, buscando curro, empezando a rebajar bastante las expectativas laborales... tratando de mantenerme lo más a flote que puedo :).

Pero bueno... pronto más y mejor! Ahora os dejo con dos openings rescatados una tarde-noche de sábado llena de 80s y 90s... ¿A ver a quién le suena...?




y....


(he descubierto que el grupo se llamaba Exchange y la canción es Where The Truth Lies. Personalmente me encanta y hace que se me ponga la piel de gallina).

lunes, 4 de enero de 2010

Satisfacción


Esta tarde he quedado con mi amigo Miki. Llovía, la mayor parte del tiempo no mucho. Hemos ido a las paraditas de artesanías de mi ciudad. En ella hay una que venden aceites esenciales, perfumes y cremas naturales. Artesanía de verdad, y con plantas de verdad: desde rosas y lilas o musk hasta bergamota, cedro, sándalo o vetiver. Me gusta mucho porque cuando vas a hacerte un perfume, ya sea para tí o para regalar a alguien, te preguntan cosas, desde el nombre, la edad, la profesión... es un poco como la chocolaterie de Chocolat. Me he llevado un preparado de aceites "de bosque" para quemar en casa. Lleva vetiver, pino, menta y algo que en catalán se llama "verdet" cuyo equivalente en castellano no he sabido encontrar. También querían ponerle ciprés o cedro, pero ya no les quedaban. Me he comprado un tarrito de aceite de rosa. Mmmm... qué bien huelo, y cómo me relaja. Trabajan tanto en temas de aromaterapia como de piedras, cremas, remedios naturales. Tal vez en el futuro harán talleres. Mañana es el último día.

Nos hemos tomado un té con menta en el Sáhara, una tetería con un dueño muy agradable y un té... uf... no tengo palabras.

Charla agradable, paseo... y para finalizar la exposición de Mucha, que ya está en sus últimos días. Pensaba que era hoy, pero no.

Lo he disfrutado muchísimo. Entre el olor, la compañía de Miki previamente y el té, y luego mi adorado pintor... ha sido un momento completo. A ver si me escapo otro ratito un día de estos. Me encanta observar las obras ya finalizadas, porque son... en fin, es Mucha. Pero los estudios, los sketches, los trazos impresionantes... me encantan. A veces me acerco hasta casi tocar la nariz con el cristal que me separa del papel que el maestro tocó algún día y trato de aprenderme de memoria las manos, la silueta, la mirada, el pelo... Me pierdo en esos trazos. Lo miro como si fuera una de esas entendidas de arte o como alguien que sabe dibujar y busca posturas o maneras de plasmar la realidad en el papel como hizo él. Sí, es uno de mis pintores favoritos. Y es curioso. Hasta hace unos años Mucha no era muy famoso... y de un tiempo a esta parte todo el mundo parece conocerle. ¿Será una moda? Igual que con Klimt.

Una de las cosas que tengo pendientes es ponerme a estudiar historia general (pero en plan guay, como Juan Antonio Cebrián) e historia del arte, que nunca hice. Y un poco más de literatura no me vendría mal... ¿Seré capaz de terminar de leer todas aquellas novelas y obras que se quedaron a medias en mis años de universidad? Pobre Austen, no logró encandilarme. Y casi muero en el infierno en las Cumbres de Brönte.

Hoy me ha empezado a gustar una canción de Mecano que canté la semana pasada y que no me gustaba...

Quise cortar la flor más tierna del rosal, pensando que de amor no me podía pinchar, y mientras me pinchaba me enseñó una cosa: que una rosa es una rosa, es una rosa. Y cuando abrí la mano y la dejé caer, rompieron a sangrar las llagas de mi piel...

domingo, 3 de enero de 2010

Dos mil diez, veinticinco, cinco...



Sigo sin estar muy inspirada. Desde que escribo y navego desde el chiquitín que no me inspiro tanto a la hora de escribir. Será por el tamaño de la pantalla. O por el del teclado.

Anoche volví de las tierras norteñas. Pasé cuatro días estupendos y... por algún motivo mi habitación huele a detergente y se me mete el olor en la cabeza. ¿De dónde saldrá? Qué pestazo. Pues bien... vi a bastante gente a la que tenía ganas de ver, conocí a gente nueva y me quedé con las ganas de ver a otros tantos. No se puede tener todo en esta vida.

Cuando volvía decidí ponerme el primer capítulo de A dos metros bajo tierra. Sólo que yo me hago un lío entre el título en castellano y en inglés (Six Feet Under) y la acabo llamando "a seis metros bajo tierra"). Y claro, así el otro día no la encontraba. Pues bien, andaba yo tan feliz, en clase preferente del tren (la turista se había agotado y viajé 5 horas y media por 27 €), rodeada de gente y con una chica de origen hebreo (a juzgar por el libro que leía y por lo que hablaba por teléfono) que al dormir hacía contusionismo yogui (tendríais que haberla visto: pierna izquierda en el suelo, ella hecha todo un ovillo-posición fetal y pierna derecha doblada sobre la bandeja-mesa enganchada al asiento delantero rodeando el libro. Lo dicho: impresionante. Y no se despertaba la muy jodida), pues entonces ¡zasca! escena de sexo totalmente gratuito sin dejar nada para la imaginación. Y no era una escena de esas que duran diez segundos y ya, no. Lo menos un minuto y con diálogo. Que dices ¿y qué? Pues a mí sí que me da qué, lo que pensará el resto. Que soy una cortada para ciertas cosas, que en el tren también viajan niños y con las pantallas de los ordenadores se ve todo lo que haces: escribir, consultar el correo, ver una peli, ver una porno... Sexo en Nueva York es una serie que me gusta mucho, pero que no me pondré a ver en el tren. Salvo que con esta serie ya espero que haya escenas de sexo, pues una parte importante de ella está basada en las relaciones de las protagonistas... Pero no me lo esperaba de una serie sobre una casa mortuoria. Me esperaba muertos, familia, romance pero no sexo explícito a 20 minutos de empezar el capítulo. Fue raro. Muy raro.

Por otro lado y cambiando radicalmente de tema... Siempre me han gustado los niños, incluso cuando era señu (me gustaban los buenos y traviesos, no los cabrones hijos de... su madre). Pero me estoy empezando a dar cuenta de lo que supone tener a un niño de verdad. Será por tantos embarazos y partos durante los últimos dos años en mi entorno cercano. En vez de aumentar mi instinto maternal han hecho que huya. Me pregunto si algún día volverá. Antes era capaz de hacer "aaaaaapuchipuchipuchiiiiiiii, ¿quién es el más guapo/a? ¿qué ha pasado? ¿tat?" con una voz aguda, similar a la que utilizo cuando hago carantoñas y mimitos a mi perro o a cualquier otro animal mono que se cruce en mi camino. Ahora siento que les hablo como un adulto. Que sí, que antes también lo hacía para explicarles las cosas. Pero ahora parece que lo hago más. Creo que me está cambiando el chip. Soy una proyecto de madre defectuosa. Me gustan los niños, pero ya no se me cae la baba con ellos. No sé si será por ver tanta baba.

Cambiando nuevamente de tercio... He empezado un libro recomendado por la tata Chari (de El Rincón Mágico de las Tatas), titulado "Mi amigo árbol". De momento me gusta muchísimo, y a la que consiga un teclado más grande copiaré algún fragmento.

Hablando de fragmentos... Próximamente subiré algo que tal vez os haga sonreír. Texto. Antiguo. Impresionante.

En fin... feliz dos mil diez una vez más... el año en que cumpliré 25, y mi blog 5 (aplausos por mi constancia xD)... el año en el que espero encontrar trabajo.





Me has oído, ¿verdad, universo?

¿Hola?