Muchacha, te contaré algo: el mundo está lleno de historias. Todas las personas y todas las cosas tienen historias que contar. A algunas de ellas se llega a través de gente como yo, que las relata para que no se olviden. Otras, en cambio... se viven. ¿Entiendes?
Y V asintió, aunque no estaba segura de comprenderlo del todo.
Ahora tú debes decidir si seguirás siendo una oyente o, por el contrario, saldrás en busca de tu propia historia... Pero solo si te arriesgas a vivir esa hostiroa sabrás como concluye. A no ser, por supuesto, que esperes a que otra persona la viva por ti. Entonces es posible que dentro de un tiempo conozcas el final en boca de alguien como yo.
(Donde los árboles cantan, de Laura Gallego).
Ilustración: Cris Ortega.
3 comentarios:
Querida Innana Pilgrim :
El otro día escribí un comentario, pero luego lo perdí en el proceso de validarlo. Me preguntaba si "Donde los árboles cantan" es un cómic, una novela, si se puede acceder de algún modo y, sobre todo,saber si tu participas.
Mil besos
P.D. es demasiado fácil echarte de menos, caramba!
Querida amiga Perejil Tuk ;):
"Donde los árboles cantan" es un título precioso de un libro un tanto mediocre. Es un libro bonito, con una buena idea, pero que se queda perdida en una narración un tanto pobre para mi gusto.
No, yo no participo. Es la última novela de Laura Gallego (la autora de Memorias de Idhun -que no he leido- o de La Emperatriz de los Etéreos -que no está mal, simbólicamente hablando). Me lo compré por el resumen, porque había un bosque de árboles que cantaban, un supuesto romance de los del Rey Arturo y porque regalaban un CD con música inspirada por el libro. Puse demasiadas expectativas en el CD. Y en los árboles que cantan. Y en la protagonista y el romance. La idea es buena, pero se podría haber desarrollado muchíiiiiiiisimo mejor. Eso sí, te engancha y se lee rápido.
PD: Yo también te echo mucho de menos. Ver marchar a Ion cada vez, sabiendo que os verá a todos... En fin, es así, porque es así, pero no impide que tenga muchísimas ganas de estar allí, de saber qué ha pasado, quién ha dicho qué, el número de zapatillazos que ha habido... la cotidianidad y la novedad de cada fin de semana. Sí, se echa de menos. Un beso enooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooorme, preciosa!
:')
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