Creo que mañana, cuando vuelva de pasear a mi perrita Nahia, me compraré unas flores de colores, en una floristería a medio camino de mi casa y el parque, para alegrarme la mañana, la tarde y la noche, y antes de que se pongan mustias, las secaré entre las páginas de algún libro. Mejor de varios, para encontrármelas de sorpresa cuando los relea.
También le compraré flores a mi madre. No se necesitan excusas, no se necesitan fechas especiales para poner un poco de color y sonrisas en nuestras vidas :).
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