jueves, 19 de abril de 2012

Mercado de hadas


Hoy he tenido un sueño en el que me lo he pasado muy bien y a la vez he tenido un poco de miedo. Normalmente cuando sueño, sé que estoy soñando, pero no tomo el control de lo que pasa, sino que lo saboreo, como viviendo en primera persona una película de la que no sé ni el final ni lo que pasará a continuación. Hoy ha sido una de esas veces. Y por ello, he disfrutado y lo he pasado mal.

Primero estaba con una pareja de amigos y luego con mi madre. Iba dos veces... y lograba salir ambas de un mercado de hadas. A veces también se les llaman "Mercados Goblin". Si estáis familiarizados con el libro Stardust (Neil Gaiman) o habéis visto la película Hellboy 2 (basada en el comic de Mike Mignola), os haréis una idea aproximada de ello. También podemos encontrar una especie de "mercado" de estas características en Neverwhere (también de N. Gaiman).

Pero tampoco era muy así. Habían miles de puestecitos en los que se ofrecían todo tipo de productos inimaginables. Lo que más me llamó la atención es que sabía que la gente eran hadas, a pesar de que se veían casi humanas. Se veían humanas, pero no se sentían humanas. Algunos tenían un aire diferente, menos mundano. Otros tenían los ojos un poco más alargados o alguna cosa diferente. Como una de esas veces que dices "tiene algo diferente, característico, pero no sé el qué exactamente". El mercado tenía forma de laberinto. Claramente estaba pensado para que los pobres humanos nos perdiéramos en él y que, cuando terminara la hora del "mercado", quedarnos atrapados para siempre en su mundo o convertirnos en esclavos de la corte feérica (hay muchas historias con estos ingredientes en el folklore inglés).

Otra cosa curiosa era que, al contrario de todos los mercados que he mencionado antes y, de hecho, de cualquier mercado, es que no había compradores. No pensé en que "la crisis había llegado a ellos", no. Mi teoría es que como cada vez son menos conocidos y la gente se ha olvidado de estas cosas, apenas las recuerdan para volver a ellas. 

En el sueño, no sé como lo hice, pero recordé algunas paradas de referencia y gracias a ello, pudimos salir del laberinto, las dos veces. (La primera creo que debió de ser por chiripa). Allí, el mundo no funcionaba con "giramos a la derecha y luego a la izquierda... et voilà!". No. Si girabas a la derecha o a la izquierda en un lugar en concreto a una hora diferente o con gente diferente alrededor terminabas en otro sitio. Por eso era un laberinto tan bien pensado. También recuerdo algunas miradas de desprecio, de esas que dicen "tú no perteneces a este mundo, lárgate", mientras que otras, claramente intentaban engatusarte para que probaras un producto o compraras un objeto y así tuvieras que quedarte. Los mercados de las hadas se rigen por normas totalmente diferentes a las nuestras. Son muchos los relatos en que te advierten de los peligros de comer comida feérica, o beber de su agua o vino. En la mayoría de casos, hacen que te quedes atrapado en ese lugar. Otros, supone un gran castigo.

Pues bien. Este sueño y lo que acabáis de leer es el origen de una idea. El origen que un día u otro evolucionará en un relato, o en una frase, on en una referencia en algún texto que escriba. Una de las historias con materia para hacer de ella "novela" se titula "El Mercado". Está dentro de la carpeta "Historias Oníricas". Básicamente, porque como adivinaréis, los sueños como este, me dan material para escribir.


(Es una pena que blogger me de errores al intentar insertar imagenes. ¿Habéis hecho click en los enlaces?).



1 comentario:

Perejil dijo...

¿para cuándo esa novela Inanna Pilgrim?