domingo, 18 de febrero de 2007

Ya quedan pocos días

Entre estornudo y estornudo aun dejo cabida a algo que hacer. Me debato entre esos "¿Te imaginas qué chulo? La universidad es en un castillo y está rodeada de bosque y verde. ¿Te imaginas qué chulo vivir juntas?" Me imagino, sí. Qué chulo todo. Me debato también entre "¿Estás segura que vale la pena? Yo no te pondré trabas, sabes que te apoyo y... pero...". Y debato yo sola. Me siento como cuando dos niñas se pelean por una muñeca, cada una tirando de un brazo hacia ella. Solo que las dos niñas no son niñas y no se ven. La muñeca soy yo, en silencio, imaginando, sospesando y tratando de saber qué posibilidad será de la que puede decir que no se ha equivocado. Tal vez no me equivoque con ninguna, o tal vez con las dos. ¿Os imaginaís a una Inanna en un universo paralelo con el "¿te imaginas qué chulo?" realizándose mientras piensa que no es tan chulo y que no debería haber ido y a la otra Inanna en otra de las infinitas posibilidades de universo paralelo, envidiando en secreto a quien se fue y pensando en que ha dejado perder una oportunidad?

Tal vez, haga lo que haga, estaré contenta. Tal vez no. Y tal vez, de pronto me surjan un montón de alternativas.

Me recuerdo diciendo en muchas ocasiones "Yo iré, claro que sí. ¿Por qué no os decidís vosotras?". Incluso hay muchos que me lo podrían echar en cara; que mucho hablar pero luego, nada. Cambiamos y no cambiamos. Sigo teniendo infinitas ganas de ir, pero cambiamos. O cambian las situaciones de nuestro alrededor. O tal vez son ellas las que nos cambian. Si pudiera cambiar una situación en concreto, ¿acabaría yendo? ¿me surgirían otras dudas? No lo sé.

Pero he de decidirme pronto. Dije que lo estaba. Se lo dije a mucha gente... Pero creo que solo trataba de engañarme a mi misma. A no querer ver que realmente quiero ir, pero que por un motivo u otro, me divido entre el querer y el deber. Me fijé como suspiraba una de las niñas de alivio cuando dije que no, que para qué, que ya iría por mi cuenta. Siempre tendré tiempo, ¿no?

Fue gracioso contestar lo de que siempre tendré tiempo, porque he tenido muchar charlas con algunos sobre el dejar las cosas para mañana. Que está bien hacer planes de futuro, pero que si hay algo que de verdad quieres hacer, que no lo vayas dejando siempre por una u otra cosa.

¿Qué hago? ¿Me decanto por lo que está bien, por lo que me gustaría hacer, por...? ¿Por qué los humanos nunca sabemos qué es bueno para nosotros? Es como eso de tener un sueño, que haces lo que sea para que se cumpla y lo tienes en un pedestal y de pronto, te das cuenta de que no valía tanto como pensabas o como que lo has cumplido y te quedas "¿Ya está? ¿Eso era todo?".

¿Y si me escucho y voy, pensando que es lo que quiero y necesito, y luego me doy cuenta que lo que quería era quedarme, y que yéndome lo pasaba mal porque otros lo pasan mal o porque no me he comportado como debería?

¿Y si...?

¿Y si...?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sólo tú lo sabes, pequeñaja (permíteme llamarte pequeñaja aunque seas bastante mayor que yo =P). Kant, uno de los grandes filósofos del mundo mundial, dice que hay que actuar por deber, pero yo creo que hay que actuar por instinto... Difícil situación la tuya... Descansa sin darle muchas vueltas, ya saldrá solo lo que de verdad tenga que ser. De todas maneras, a ver si hablamos pronto.
Un beso guapa.