sábado, 18 de agosto de 2007

De velas, inciensos y cortinas

Con una velita e incienso encendidos, la música de la anterior entrada y unas cortinas nuevas que hacen parecer la ventana distinta, me he sentido lo suficientemente animada como para escribir.

Me gustan las cortinas nuevas. Son del Natura y sólo me costaron 12€. Fue amor a primera vista. Son de color granate-lila, con un borde de un diseño plateado en plan árabe. O de India, a saber. Y creo que son como de seda. Me ha preocupado ver algo parecido a una polilla en ellas... Mmm... La cortina es medio transparente, y por eso hace que la ventana no me sea del todo desconocida: sigo viendo los barrotes que en teoría hacen que los ladrones abandonen la idea de entrar, pero paradógicamente (o alternativamente, o irónicamente) hacen que me sienta como un pájaro enjaulado. Creo que hace uno o dos años escribí una entrada al respecto... Vale, la entrada va de mis dudas existenciales en cierto momento de mi vida, dudas que afortunadamente ya no siento ni son mías. Pero la ventana que miraba en ese momento, a mediodía y en un día soleado era la mía: con barrotes a modo de jaula.

Tengo ganas de ver el cambio que me ha supuesto estar en Irlanda. Ya desde ahí notaba y sabía que estaba cambiando... ahora falta que la mariposa salga del capullo... Es decir, que Inanna deje de ser una capulla. Creo que he tenido algunos días en que me he sentido capulla.

Este último año se me ha pasado volando. Cada año pasa más deprisa... da vértigo. Es como cuando estás una hora y media esperando en la cola de una atracción. Una montaña rusa. Cuando te toca subir estás superilusionada y entonces, no te das cuenta, pero cierras el cinturón, arranca la atracción y te ves subir rápida y lentamente hacia el cielo y de repente, ¡la bajada! Y de repente te das cuenta que ya se ha terminado y es tu momento de bajar. Emociones intensas... y rápidas.

Pronto llegará el final de otro verano. ¿Qué habré aprendido?

Hoy he ido con Lugh y un gran amigo a ver... escuchar un concierto de órgano y trompeta en la catedral de la Ciudad del Mar. Ha sido estupendo y mágico. La música me ha transportado al siglo XVII y al interior de recintos eclesiásticos. Estando dónde estaba era facil: el claustro de la catedral, oyendo la fuente gotear bajito.

Hace poco me releí una de las agendas que tenía en bachillerato. Estaba llena de direcciones, teléfonos y dedicatorias de gente a la que no he vuelto a ver más, gente que ya no nos saludamos, gente que hemos perdido el contacto. Gente que, si bien no ha formado parte de tus amistades verdaderas, sí ha sido algo importante para ti durante un tiempo.

Me hizo pensar. ¿Seré una persona que no sabe conservar las amistades? Es cierto que tengo unos pocos amigos que son eso, AMIGOS de esos que están siempre, aunque no les veas ni hables con ellos durante largas temporadas. A veces tengo la sensación de que echo de mi vida a algunas personas... Tal vez todos lo hagamos, pero últimamente me ha dado por mirar hacia atrás y... la de gente que veo a mis espaldas. De vez en cuando te encuentras a alguno por la calle y hablas un día y luego quedáis para retomar un poco el contacto. Pero no se acaba de retomar. Me siento un poco como el niño que saca uno de sus juguetes del baúl de los juguetes viejos, juega un rato con él y luego lo vuelve a guardar para sacarlo quién sabe cuándo.

La vela no tiene intención de apagarse todavía y a la barra de incienso aún le quedan unos cuandos centímetros que quemar. La cortina sigue quieta a pesar de la leve brisa nocturna y la canción sigue sonando por enésima vez. Es como si la tuviera que escuchar un número indeterminado de veces para que me quedara con todo el significado que lleva. Es sencillo y no es. ¿Qué es un año? ¿Cómo se mide? ¿Cuánto crecemos?

Besos a todos!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Inmensurablemente está bien dicho? Sí, ¿no? Pues eso, así crecemos y aprendemos en un año, y en un día, y en un segundo; lo que pasa es que seguramente no nos damos cuenta, no nos percatamos hasta que pasa cierto tiempo que el calendario marca y nos paramos a reflexionar, y sin embargo, en ese período de reflexión, el tiempo sigue pasando y se nos escapa, aunque se nos haga eterno, se nos escapa siempre. Y así pasa, hasta el infinito y más allá (to the infinity and beyond xDD). En fin, una rayada.
Que sepas que me gustaría mucho ver tus cortinas, ese color que describes es uno de mis favoritos.
Besos enormes.

Didi dijo...

Veo que estás algo ralladilla... Y es normal. Nos pasan tantas cosas, tan deprisa y nos da tanto la impresión que han pasado como si nada... Yo soy mucho de mirar atrás. Parece que me guste recrearme en: ¿como estaba/era yo hace x tiempo? Y eso a veces es bueno, pero muchas otras, quizás las que más, hace que me sienta como una idiota.
¿Te acuerdas de lo que dije hace dos años? Maldito verano que se acaba...

Lord Nibbler dijo...

argggggggg puto google me dice que he de re-escribir todo de nuevo que ha habido un error en mi post.

Bueno a lo que queria decir, llevo aquí en Irlanda en octubre harán ya 4 años, y yo que pensaba que me venía para tan sólo un par de años máximo.

Creo que la cosa va para largo ya que me quedan 6 examenes como mínimo para acabar mis nuevos estudios eso contando que apruebe las 3 q me dan las notas mañana.

Me has recordado que he de pedir cortinas nuevas a la casera y nunca habia pensado así de las barras espanta ladrones...

Bueno guaisima que ya sabe qu el día que quieras huir tienes un huequillo en Irlanda para una visita con Lugh