miércoles, 25 de junio de 2008

vida: la historia interminable

Me siento extraña, como con una sensación agridulce. Pasado mañana me gradúo. ¿Raro, eh? Graduarse. Cuánto tiempo esperando a que llegara este momento, y últimamente, el mismo para que no llegara. Siempre dan respeto los finales, aunque los veas venir de lejos. Estos días aun no me creía que terminaba y ahora empiezo a creérmelo un poco. Tengo todas las asignaturas aprobadas y me faltan unos cuantos créditos libres que haré durante el mes de julio, a distancia. Uno de problemas de traducción, otro de retoque de imágenes y uno de cómo vender en internet, o algo parecido. Unos cosas útiles, otros cosas que me gustan y otros, un poco de todo. También decidí a apuntarme a unos talleres para aprender a utilizar unos programas llamados "memorias de traducción". Son como tu propia memoria pero más eficaz. Se guardan todo lo que traduces y cuando en algún momento te encuentras con una frase similar, te sugieren la manera en que lo resolviste hace X tiempo. Sirve para aumentar mi curriculum y para ver si me empiezo a ver en este mundo

No me gusta que la gente decida lo que es mejor para mí. Puede que a veces no lo sepa, pero otras sí y creo que en el primer caso, merezco que se me dé la oportunidad de equivocarse. Por ello estoy pensando en decirle a la gente en general que me deje vivir de la manera que creo apropiada en este momento. No me dirijo a nadie en concreto, pero quiero decirlo en alto, aunque sea por escrito para todas aquellas personas que, sin saberlo, me han herido con algún comentario. Un "ya era hora" que pensaron que no oí, o un "déjarse de mariconadas". Dicho queda.

Tengo ganas que llegue la ceremonia de la graduación y de que pase. O de que llegue para que pase, no lo sé. Llevamos meses con el tema. Pero parecía una mosca pesadita, algo que está allí todo el tiempo, llamándote la atención y que cada vez que intentas acabar con ello, se aparta vilmente, se esconde hasta que te olvidas de ella. Pero siempre vuelve y con renovadas fuerzas. Y como un ser vivo, se hace mayor y mayor y algo grande es más facil de matar que algo pequeño. Así que pronto "mataremos" a la graduación. Fuera líos de mesas, de gente, de cenas con entrecots y rape, fuera líos de dinero y pica-pica, de discursos y de invitación a los profesores. Viviré esos momentos, porque sé que los recordaré y, espero, será un buen final para esta etapa. Pero también descansaré de ellos. Y me prepararé para una cena o comida con las amigas que he sacado de estos años, aunque cada vez parece más improvable que suceda. Así que, supongo, me resignaré a quedar con algunas de ellas de vez en cuando para estar al día y recordar nuestros últimos años de estudios. Ahora estoy preparando un listado con todos los teléfonos y direcciones de los chicos (2) y las chicas (20) de clase, para que haya un pequeño puente entre capítulo y capítulo o volumen y volumen de libro.

Desde que hice el último examen los días pasaron volando. Justo después del examen de literatura británica (aunque hubiera algún que otro autor irlandés) del siglo XX, recogimos las orlas. Nos hicieron las fotos en noviembre, cuando aún hacía frío, la tarde en la que tenía examen de gramática. Después había una supuesta reunión de grupo para aclarecer definitivamente todas las dudas sobre la graduación. Asistimos 8. Comimos juntas. Más tarde, re-recuperé el contacto con alguien que fue una gran amiga, o lo es, no lo tengo claro. A veces los amigos te hieren, y aunque de vez en cuando te sigan haciendo daño en ésa herida, no puedes dejar de sentirlos como amigos, aunque te duelan las dos cosas (la herida y el que sea tu amigo, porque le quieres).

Fui a dar una vuelta con Ion el sábado por la tarde. Nos encontramos a unos cuantos amigos y terminamos yendo a cenar a casa de Nur-Gatitaai. El domingo fuimos a una comida sorpresa en el pueblo de una de las amigas de la uni, y nos lo pasamos muy bien, sobretodo por la cara de sorpresa de Clara :0

Lunes, martes y miércoles pasaron volando mientras hacía cosas, como quedar 6 personas para hablar de la graduación y celebrar con un té con menta que habíamos aprobado el examen de literatura. Un día incluso fui a relajarme a casa de Nur. Comimos palomitas y nos reímos, mientras Hugo y Ion se carcajeaban al otro lado de la puerta.

El jueves llegó Itxaso y se marchó al martes siguiente. Hablamos horas y horas y fuimos a bastantes sitios. Caminar por Tarragona, Barcelona, Port Aventura... Sí, terminamos agotados.

Por San Juan, como es habitual, fuimos a ver la hoguera mágica en el restaurante que regenta. Voy allí desde que nací, o antes, pues mi madre fue en junio del 85, un mes i unas semanas antes de que yo naciera. Sólo falté un año, y si puedo evitarlo, no volveré a hacerlo. Cuando encuentras algo mágico, no hay manera de que la magia te suelte. Tal vez más magia. Pero no he conocido otra en el solsticio de verano.

Ayer Miki estrenó el primer musical en el que participa como protagonista, Somnis. Un hermano inventor y su hermana crean una máquina para crear al mejor cantante del siglo XXI, utilizando objetos de grandes estrellas. Pero hay un problema y es que en vez de salir solamente uno, salen 4. ¿Qué hacer con ellos? Por el momento dejar que canten, para ver quién es el auténtico genio... Pero los días pasan, se enamoran, dudan, se añoran, tienen miedo... cada vez son más humanos. ¿Qué hacer? Grandes canciones y buenas actuaciones, un gran rato pasado. Si lo veis anunciado en vuestro pueblo o ciudad, no dudéis en ir a verlo. Vale muchísimo la pena.

Hoy recados, de aquí para allá bajo un sol abrasador. Creo que entre los nervios y el cansancio acumulado de los últimos días ha provocado que saliera toooodo mi agotamiento.

¿Mañana? Mirar vestido para la graduación, volver a la preparación de currículum y tal vez ir al concierto de Trencasons, en Reus. Un grupo de folk-pop (o algo así) en el que toca una amiga mía y a la que nunca he oído en directo en el escenario.

¿Pasado? La graduación.

¿Y luego? Hay algunas cosas claras, como los créditos, los talleres, el teórico o el concierto de Loreena. El resto es una espesa niebla.

Hay incertidumbre, pero no tengo miedo. Siempre hay faros y fuegos que te iluminan el camino si no dudas de ellos. Y no dudaré.


[Reflexión post-parrafada del mil. Sé que a modo "práctico" esto no puede interesarle a nadie. La mayoría habláis conmigo de vez en cuando, y os vais enterando de todas estas cosas. A otros, os va bien porque no tenemos tanto contacto. Pero igualmente, opino que no es algo que os pueda entretener, como una historia o una anécdota divertida. La función de todo esto que acabas de leer, querido lector, es desahogarme. Me gustan más las letras escritas que las palabras pronunciadas para hablar sobre mí o mostrar una situación. Y me gusta pensar que lo que pienso no se quedará enterrado en un rincón del disco duro, que alguien lo leerá, que se podrá aburrir o cansar de tanta letra... Pero es mi modo de desahogarme y eso no me lo quita nadie. Ea. XD Besos!]

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