miércoles, 8 de octubre de 2008

El horno aún está caliente y otras cosas



Este mes sale a la venta el nuevo trabajo de Loreena McKennitt, A Midwinter's Night Dream, una clara referencia a la obra de Shakespeare. Esta medianoche se podrá empezar a escuchar el album online desde su web, sólo durante 24 horas (así que si os gusta, estad atentos ;). De momento tengo puesta la preview (unos segundos de cada canción). Hay unas cuantas que son remasterizadas y que ya aparecieron en su momento en To Drive the Cold Winter Away, pero otras son nuevas. Los pocos segundos de éstas son muy bellos. Un regalo para el oído, como es habitual.

A Midwinter's Night Dream: Explore the music.


Y poca cosa os puedo contar desde el frente, por ahora. Hoy es miércoles, un día especial para mí. Especialmente algunas horas, como las 14:45 o las 18:05. Me encanta respirar cuando termino. Y hablando de días especiales, ayer fue día 7, día oficial de cumplemeses. Nunca me acuerdo de ellos. Almenos nos vimos cosa de 10 minutos XD.

Esta tarde volveré a mirar viajes.

Aún no he cobrado. Todo el mundo me dijo que empezaría a ver mi trabajo distinto una vez tuviera el dinero. Sí, empecé a ver el trabajo distinto con algunos niños antes de cobrar. Y supongo que es bonito. Les estoy pillando afecto a las chavalinas de 7-8 años. A los otros... unos sí, y otros no tanto. Creo que les podría llegar a coger cariño si me hicieran un poco más de caso.

En la mayor parte de ventanas tenemos una reja, porque estamos en un primer piso y en la parte de atrás de la casa es bastante accesible para un ladrón potencial. De ahí que mis padres pusieran rejas cuantro compraron la casa por cuatro chavos hace años. (No quiero ni pensar lo que nos hubiera costado ahora). Cuando crecí y empezaba a degustar la libertad de la calle y del querer hacer lo que no me dejaban. Hija única, padres poco permisivos para según qué cosas, malacas caras, etc. -muchos recordaréis ésa epoca. Bueno, esos años de luchas constantes, más bien... Empecé a ver una relación entre las verjas de mi ventana y la poca libertad que tenía. CAda vez que trataab de mirar al exterior me encontraba con la estructura metálica. Hubo una temporada que me entristecía bastante. Más adelante, aprendí a pasar entre los barrotes, metafóricamente hablando. Pero ellos seguían en su lugar, incluso ahora. Sin embargo en primavera planté unos brotes de unas plantas que llegaron a casa, cuando mi tía, al enterarse de que adoro las margaritas, me traía unas cuantas de su terreno en la montaña, acompañadas por estas plantitas. Estuve varios días cuidando de ellas. Regándolas, mimándolas, acariciándolas, poniendoles música (bueno, la reciben diariamente ya que están al lado de mi altavoz)... y poco a poco, empezaron a agarrar. Mi madre al principio creía que se morirían, al fin y al cabo sólo eran tallos...

Ahora las plantas se han hecho bastante grandes. Los tallos más pequeños miden unos 30 cm, y los grandes 75 o un metro. Incluso empiezan a haber tallos nuevos. Se enredan en las rejas y me encanta como queda. No sé, yo lo encuentro significativo, aunque tal vez vosotros no veáis el porqué.

Besos!


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