viernes, 17 de octubre de 2008

Los árboles que susurran al atardecer



Una de mis manías (de las muchas que tengo) es escuchar repetidamente la misma canción cuando me da por ella. Si descubro una nueva canción que me gusta, puedo ponerla por lo menos 20 veces al día durante una semana... o dos. A veces, sin venir a cuento, me viene a la cabeza una canción que hace tiempo que no la escucho. La pongo, y lo mismo. Hace un rato he puesto una sola en el reproductor. Se repite continuamente, como un disco rallado. Lo mejor de todo es que la tengo de tono de llamada en el móvil últimamente, por lo que podríais pensar que ya la tendré aburrida.

La verdad es que no. Recibo más perdidas que llamadas, de modo que sólo suelo oír las primeras notas o "The last that ever she saw of him..." y ya. ¿Sabéis qué canción es? ¡Los que la habéis escuchado, no vale que contestéis!

Pronto tocará cambiarla. Es lo malo de poner tus canciones favoritas como tono de llamada, que al final, cada vez que las oyes piensas en que te están llamando y miras el teléfono con aire inquisitivo. O crees oirla por la radio y en realidad te suena el bolso, como me pasó el otro día en una tienda. Me pasa algo parecido con la alarma/despertador. Yo creo que tengo algún trauma con despertadores y las alarmas. Si me pongo algo muy estridente o tipo bipbipbipbip o RIIIIIIIIIIIING (al estilo de los despertadores antiguos) pego unos botes de impresión. Ion os puede contar una anéctoda muy divertida al respecto. No me gusta despertarme con sustos, más que nada porque ya me despierto con mucha facilidad. Y si sé que el ruido del despertador es muy fuerte, me paso la noche despertándome cada 2-3 horas para ver si ya es momento de levantarme, de modo que descanso mucho menos de lo habitual. Y lo habitual en mí es no poner despertadores. Si pienso "quiero levantarme a las 8", me despierto a las 7:58. Es muy práctico. Aunque por si acaso hay algo importante ése día, me pongo la alarma, pero con música suave, que me despierte suavemente. Igualmente me despierto rápido, pero sin susto.

Otoño es una buena época para escuchar la banda sonora de Amélie, compuesta por Yann Tiersen. ¿Os imagináis las hojas volando? ¿La lluvia golpeando los cristales? ¿Los charcos y los pequeños ríos de agua sobre el asfalto? ¿Un parque vacío por la tarde?




Yo sí.


Al atardecer cada vez veo menos gente paseando. Será el frío. Aunque últimamente por las mañanas hace calor, a la que se pone el sol se echa de menos una buena chaqueta.

2 comentarios:

zazu dijo...

Hola wapa!!!

Que preciosidad de canción, la verdad es que cierras los ojos y empiezas a cambiar tu entorno (el mio en la ofi) por un bosque otoñal tras una ventana de tu casita del bosque ;o) con una mantita y un te calentito. Puede incluso que llueva. Es hermoso...

Y por cierto, donde hay que firmar para implantarse un despertador automático y no tener que oir la alarma??? cuanto cuesta?? ;oD

muchos besicos!

babú

P.D.: Esta noche nos hemos ido d finde los 4 en mis sueños...

Inanna Pilgrim dijo...

¿Dónde dices que nos vamos? ;P

Jo, a mi me está entrando morriña irlandesa otra vez. Hemos de ir en alguna(s) ocasión!!! Aunque sí, mejor empezamos con algo simple primero, jeje. (Oh, Broceliande era muy otoñal también)

:*