Siempre es un reto. Sentarse delante de la nada y llenarlo con significados y sinsentidos y palabras y sonidos y negro y azul y conjuntos vacíos. La lluvia en el exterior, el fresco que entra por la ventana, las campanas que resuenan. La música. Los libros y el chocolate. A veces se hace difícil. Quieres escribir. Pero, ¿el qué? Tienes frases y palabras revoloteando entre los hemisferios, pero realmente n o tienes ningún mensaje que dar.
Tal vez el único mensaje sea el de transmitir un momento. Una sensación. La ventana abierta, la música del piano, la lluvia, las campanas. Mirar al exterior. El sofá. Él.
Hay momentos, instantes muy simples que nos confortan. Que nos hacen sonreír. Cuando los vivimos ya nos damos cuenta de que los recordaremos siempre. Cada persona escoge qué instantes recordar, aunque no sea de un modo consciente. Sientes una pequeña awareness, conciencia, de que así será.
Y sólo el tiempo te da la razón.
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