martes, 2 de junio de 2009

Escritor(es)


Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas a cambio o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio.
(El Juego del Ángel, Carlos Ruiz Zafón)


En un telediario han sacado al autor leyendo la primera página de la novela que editaron el año pasado. Después la ha leído en inglés, hasta que le han cortado desde redacción. Estaba en Piccadilly Circus y hoy se ponía a la venta la edición inglesa del best seller. Me pregunto por qué en castellano se pronuncia "bet seler". Bet es apostar. ¿Apuesta del vendedor? ¿o del vendido?

Estoy leyendo El Contador de Historias. Es cierto, el autor es un auténtico contador de historias. Hace alrededor de 290 páginas que me están contando 6 historias distintas a la vez. La historia de Fátima (la de la mano), y de repente Fátima es una mujer de la actualidad en un hospital acompañada de un hombre cuyo padre se muere, de repente el hombre recuerda a su abuelo, vuelve a aparecer Fátima la de la mano, y pasa a la historia de un rey y una reina que no pueden tener un hijo, volvemos al hospital, el abuelo del niño explica su historia desde que nació, Fátima la de la mano les explica al rey y a la reina que para tener un hijo varón han de contarse un cuento varonil de heroes, hospital, niñez, abuelo, la historia del rey y la reina (el príncipe Baybar), hospital, niñez, Fátima la de la mano, Baybar, niñez, hospital, abuelo, hospital, niñez, Fátima, Fátima, Fátima, Baybar, Baybar, Baybar... Y cuando ya te habías olvidado de si fulanito y menganito eran hermanos, amigos, o enemigos, y empiezas con un "ah, sí... creo que este era el que..." te cambian a otro escenario, en otra época, lugar, personajes, hechos.

Creo que os hacéis una idea.

A veces se me hace un poco raro, por la cantidad de nombres, lugares y hechos que suceden. Por el otro ayuda a tener una agilidad mental que no veas. A veces las intervenciones son cortas, cuatro frases y ala, vuelves al hospital, que hacía lo menos 20 páginas que no veías porque te habías sumergido en el mundo del abuelo y del rey y la reina que no tenían hijos y ya no recuerdas ni el nombre del enfermo que está postrado en cama.

Por ahora recomiendo este libro.

Mmmm... como tengo ganas de escribir algo, os insto a que me escribáis una palabra en los comentarios para que aparezca en un relato que colgaré aquí.

Preparados...

Listos...

¡Ya!