miércoles, 25 de noviembre de 2009

Hace tiempo que voló sin despedirse de mí...


En octubre me reencontré con la que fue una gran amiga. Supongo que me siento con la necesidad de escribir un poco sobre ello, porque me sabe mal. Ésa amiga en cuestión dijo que me había echado de menos, que lo había pasado mal por algunas cosas, que no sabía como llamarme o ir a mi puerta porque "después de tanto tiempo se haría raro, ¿no?". Yo también la había echado de menos, y se lo dije, y medio comenté por encima que no le guardaba rencor por lo que había pasado, que parte de la culpa era mía por no haber hablado cuando era necesario y callarme lo que me molestaba para mí sola. No terminé de hablarlo todo porque dijo que quedaríamos en breves. Y pensé que sería mejor hablarlo tranquilamente, a solas, en vez de una sala de bodas abarrotada de gente con música peor que horrible y llena de gente ebria. Supongo que la sinceridad de ese momento también se vio enturbiada por un par de copas de más en su caso.

Finalmente, después de algunas semanas, quedamos. El día anterior me mandó un SMS diciendo que no podría ir porque le habían ampliado las horas de trabajo o de clase, no lo recuerdo. Luego yo me iba a Irlanda. La siguiente vez que íbamos a quedar, con otras dos amigas, una de ellas viviendo en dicho país, que estaba de visita, no se presentó. Llamamos, enviamos mensajes, fuimos a un bar delante del lugar señalado para vigilar si la veíamos. Nos dejó plantadas. Luego recibimos correos suyos diciendo que había perdido el móvil, con él nuestros números, y que no nos había podido avisar. Me sentó un poco mal, la verdad.

Y desde entonces, nada.

A veces siento la "necesidad" de llamarla y decirle yo misma que quedemos. Pero mi estúpido orgullo me lo impide. Porque muchas de las otras veces que ha pasado algo así, me he quedado como si me hubieran dado un portazo en las narices. De ahí la duda. ¿Enésima oportunidad (me siento un poco estúpida, como un amante deshechado que vuelve a por más, sabiendo que lo mandarán a freír espárragos)... aprender a pasar página (opción más razonable y que todo el mundo me ha recomendado)?

Una vez me llamaron masoquista. ¿Lo seré?

Tal vez es que de verdad me da pena perder una amistad.

Supongo que todo esto me viene de haberlo estado hablando últimamente. Y por eso, antes he estado leyendo lo que escribí hace dos años y medio. Hay muchísimas cosas referentes a ella: la noche que iba a salir con ellos, la misma que hubo el accidente, las visitas a su casa, pasándole los apuntes, apuntándome a Erasmus y debatiéndome si debía ir o no, los días de... "This is the end, my only friend... the end". (Canción que solía cantar y que cobró significado para mí a raíz del concierto de Loreena McKennitt en Barcelona, en marzo de 2007).

En fin. Veremos. Al final lo único que nos queda es no arrepentirnos de lo que no hacemos.

Porque a veces... ya no sé si sólo me duele perderla como amiga, o por no haberme dejado tener la oportunidad de explicarme. Tal vez, también por eso, tengo la necesidad de encontrarnos para decir todo lo que me hace falta decir.

[ACTUALIZACIÓN: Acabo de terminar de ver "500 días juntos". Me ha gustado mucho. No es una comedia romántica. Habla del amor y las relaciones, pero no es clásicamente romántica. Es más cercana a la vida de lo que puede parecer a primera vista, con el subtitulo que le pusieron: "Chico conoce chica. Chico se enamora. Chica no". Se me olvidaba: no es una comedia. Y tengo ganas de hacerme con la banda sonora.]

jueves, 19 de noviembre de 2009

El despertar


Gran concierto de Yann Tiersen (mañana, a ver si me pongo a ello), grandes ratos con gente súper especial (osea) y... bueno, estoy contenta! :)


Y ala. Ahí os va un relato semi basado en hechos reales mezclado con una buena dosis de ficción :). Primicia, primicia de la buena, oyes. (Aviso: hacia el final hay algo de psicodelia o surrealismo, vosotros mismos)

Dos besos, uno a cada mejilla. Hasta luego, hasta la vista.

Y luego, iba caminando los interminables pasillos llenos de gente anónima, de cámaras de vigilancia, de calor, de vapor, olor.

Una corta espera, hasta que el tren llega. Empujones para subir y para bajar. Me dejo caer en el asiento que he escogido. Suspiro. Mi cuerpo se relaja, suelto las bolsas de las manos, coloco mis pies, me pongo cómoda en la butaca del tren.

Se sienta una señora a mi lado, nos sonreímos y nos decimos hola. Será lo último que nos hablemos en todo el trayecto. Posiblemente no nos volvamos a ver en la vida.

Me giro hacia la ventana; es más interesante el “fuera” que el “dentro”. Pero solo veo oscuridad, a ratos mi reflejo, y pienso en cómo me he podido sentir guapa antes llevando un vestido nuevo con la cara que tengo de cansancio. Poco a poco las luces, la oscuridad, el murmullo de gente hablando en el tren, la suave (y no tan suave a veces) cadencia del tren me van relajando. El bolso. ¿Cómo lo cojo? ¿Tal vez así? Es difícil de agarrar. Ah, pero la cremallera es accesible fácilmente. Mejor hacia el otro lado. Eso está mejor.

Y Poco a poco me voy quedando dormida.

Sueño.

Sueño en las últimas horas. Los amigos que he visto hoy. Las risas. La charla trascendental, la charla de pasar el rato y reír. El concierto de anoche. La música. Los otros amigos y conocidos, la gente nueva que me presentaron. Cuando dije adiós a mis padres, cuando saludé el día anterior a mi novio. Las risas con amigos el fin de semana. La película del otro día. El viaje que hicimos. En el coche con amigos. Un té con menta dos tres tés con diferentes amistades. El té de pera y caramelo que tanto me gustó. Las risas la gente las lágrimas los nervios un grito dos las paces los libros las palabras mi perro gente que ya ha pasado de largo en la universidad el instituto el colegio gente que ha presenciado algún momento en mi vida gente que me presentaron un día y no volví a ver gente que me presentaron y que se convirtieron en personas importantes para mi gente gente gente soy niña tengo amiguitos me mudo de casa perro quiero perro quiero perro no quiero tortugas perro un ciervo risas caras amables más risas es hora de dormir.

-…ita, el billete por favor.

-¡Señorita, el billete por favor!

Pego un bote. ¡Qué susto! Estaba tan dormida. Si acabamos de salir de la estación. ¿He recordado haber llegado a la que está a cinco minutos? Creo que sí pero ya no recuerdo nada más o tal vez no habíamos llegado porque no recuerdo la voz automática anunciando la parada. El billete, el billete.

De repente me doy cuenta de que estoy detrás del revisor, que me zarandea. ¿Cómo es posible? Está zarandeándome y yo lo veo desde detrás. Veo como me caigo hacia delante, sin resistencia. El hombre se asusta, la mujer de mi lado se aparta. Me pone los dedos en el cuello. Grita, que se aparten todos. No os acerquéis.

Y mientras yo observo toda la escena, tranquila. Con curiosidad. ¿Así que esto es la muerte? Recordar, como un sueño tu vida hacia atrás y ser despertada en un tren por el revisor.


martes, 17 de noviembre de 2009

Una de cal y otra de arena II


Las cosas suelen venirnos de sopetón y sin saber bien por dónde caen las ostias.

Hemos ido a ver Ágora esta tarde. Me ha encantado. Y sin embargo, al salir del cine, estaba con una mala hostia que... en fin. Supongo que los que la habéis visto sabréis la opinión de Cirilo acerca de las mujeres. Y... el hecho de considerar a una estudiosa "ramera y bruja", porque es una mujer inteligente que le da mil vueltas a todos, no ayuda en nada. Al igual que el papel de los cristianos en la peli. Bueno, no solo de los cristianos, sino de todas las religiones que aparecen. Lejos de "aceptémonos unos a otros y dejemos que cada uno escoja lo que le parezca sin meternos por en medio", a un "me has mirado mal, te doy de ostias", "tu religión es falsa, te doy de ostias a tí y a ese que pasaba"... y así. Como dijo Gandhi (y en eso se puede resumir gran parte de la película): "El odio alimenta al odio". Y a pesar de que he salido cabreada, me ha encantado Ágora. Y pensar que las bases del cristianismo (insértese aquí Islam/cualquier otra religión) sean tan bonitas... ¿cómo es posible que el hombre la cague siempre tanto? De verdad... ¿En serio creen que su bondadoso Dios los absolverá por matar y destruir a gente en su nombre, cuando él sólo ha predicado paz y amor? Si pudiéramos poner a Jesús o a Dios en papel humano... creo que se sentiría como Nobel, al ver lo que hacía la gente con la pólvora.

La Casa del Bosque será un proyecto algo más complejo de lo que se pensaba. Pero eso no lo hace menos probable, sino más sólido. :)

Por otro lado. Yann Tiersen. Sí, el compositor de la banda sonora de Amélie. Sí. Que viene a Barcelona. Este miércoles. Me acabo de enterar. Estoy sospesando el: IR (veo a varios amigos con los que tengo ganas de estar + rondo tranquilamente por Barna + coño, es YANN TIERSEN) y NO IR (me ahorro el dinero de ir, concierto, volver y comidas + no veo a la gente + fácilmente me arrepiento durante varios meses por no ir, porque, coño, es YANN TIERSEN). Claro, ahí estamos mi dilema y yo: "Inanna, te puedes arrepentir durante mucho tiempo. No sabes cuándo va a volver por estos lares." y "Bolsillo mío, ¿te das cuenta que hace dos meses y medio que no trabajamos, que te has vaciado a un rítmo acelerado que no es normal y que acabas de pegarte un viaje a Irlanda, varias idas y venidas de Bilbao y... que acabas de volver del cine?".

Así que, nada... estoy medio convencida por varias personas y por mí misma, pero por si acaso... me espero a mañana. Lo respiro y medito y... ay.

Yann Tiersenn.

¿Sabéis que Yann es uno de los nombres que más me gustan?

Hum.

Esta mañana me ha pasado una murphilada de las mías. Mi adorado perro, Llamp, lleva varios días sintiéndose muchísimo mejor. Vamos, que parece que esté recuperando la vitalidad perdida en estos últimos 6 meses. Cada mañana ladra. Mogollón. Ladra para entrar en mi habitación, ladra para despertarme por si no lo ha hecho antes de entrar, ladra para salir, ladra porque quiere comer comida de humanos, ladra porque está contento, ladra porque tiene ganas de joder, ladra porque le da la gana, ladra porque se van mis padres a trabajar o porque pasa una mosca. Os hacéis a la idea, ¿verdad? Esta mañana me ha despertado como seis veces (6) en un lapso de hora y media aproximadamente. La última ha sido dos minutos después de que mis padres se marcharan. He pensado: "bueno, ya han desayunado, se han ido, Llamp ha paseado, ha comido, se pondrá a dormir y podré descansar". Craso error. Dos minutos y se ha puesto a ladrar a una caja de herramientas (seguro que una llave inglesa le ha mirado mal). LLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAMP, he gritado... no. Bramado (catalanada al canto: dícese de un grito atronador que sale de algún lugar más allá de la garganta. Lo que haría un dragón, vamos). He cogido mis gafas, que por la maravillosa Ley de Murphy combinada por la Ley de la Gravedad, han caido en el lateral de mi cama que da a la pared (usease, con una separación de unos 8-10 cm de la pared). Grito improperios. Me levanto caminando como un ogro. Mi perro decide que ladrar es algo menos importante en ese momento y se larga corriendo, felizmente, al comedor. Le sigo. Le llamo y mientras él mira atentamente la pared. Le toco, se gira moviendo el rabo en plan "Andaaaaa, ¿estabas aquí? ¿Qué te cuentas?" Bronca con cara de mala leche y voz de sobada. Pienso que no vale la pena volver a dormir. Estoy demasiado despierta. Voy al baño, me aseo sin gafas (recordemos que soy bastante cegata) y consigo no equivocarme con la pasta de dientes y algún otro producto de higiene íntima como pasa en las comedias. Lógicamente, en las comedias ambos tubos se parecerían y estarían en el mismo lugar. En casa no pasa, por suerte. La cosa es que he procedido a sacar las gafas. Resultado: durante largos cinco minutos se me ha quedado el brazo encallado totalmente entre la pared y la cama, sin posibilidad de subirlo hacia arriba (sí de bajarlo). No podía moverlo, se me quedaba dormido por momentos... y durante un rato he sentido un cierto miedo. ¿Teléfono? ¡Ja! Justo antes lo había apartado para no tirarlo en plena maniobra de saca-gafas.

Al final he podido liberarme sola y rescatar las gafas.

Pero es una experiencia que no me ha gustado nada. Sobretodo la parte de "me voy a quedar aquí toda la mañana porque no sé cuando va a volver alguien a casa y no puedo pedir auxilio porque todo mi brazo (desde el hombro hasta la punta de los dedos) está atrapada. Ni puedo mover el resto del cuerpo (tumbado sobre la cama) porque sino corro peligro de romperme el brazo por la mala postura".

Muy bonito todo. Sobretodo cuando me he liberado.


Ay... Yann Tiersen. ¿Qué hago?

ACTUALIZACIÓN: He caído. Me voy a ver a Yann Tiersen.

martes, 10 de noviembre de 2009

La banda sonora de mi vida


Me encanta la música. Soy de las que creen que cada momento, cada libro, cada etapa necesita de una música en especial. A veces la ausencia de música, el silencio, es como música en sí misma.

La cuestión es que hay tantas músicas, tantos estilos, tantos grupos que nos gustan que vamos escuchándolos por temporadas. De repente te encuentras con un grupo o ésa canción que te hizo sentir tanto hace cuatro, cinco años y que no escuchabas desde entonces... y te pones a rememorarlo de nuevo. Es bonito. Pero no me gusta que me pase esto. Tengo mala memoria para algunas cosas y hay días que me encuentro con "¿qué podría escuchar hoy?" y realmente, muchas de ésas canciones serían perfectas, pero no las recuerdo... Así que... de una vez por todas, voy a hacer lo que hace años dije que haría. Una lista con todas las canciones que me gustan. Los grupos. Los estilos. No lo estoy separando. Escribo el nombre del cantante o grupo y al lado las canciones que recuerdo a buenas primeras, o que youtube me sugiere. Hay mezclado rock, metal de los 80, poprock de los 90, rock nacional, new age, celta, heavy... Ya llegará el día en que lo ordene. Primero quisiera hacer esta lista. De momento creo que tengo algo más de una treintena de canciones. Además, las estoy colocando en una "lista de reproducción" en mi cuenta de "yutub".

Algún día, cuando las grave en cds o en un reproductor mp3 o similar, las escucharé en el coche, a modo aleatorio. Mientras conduzco o me conducen.

O podré hacer algo similar a lo que hice cuando tenía unos 19 años, creo. Hice un cd recopilatorio con canciones que significaban mucho para mí en ese momento, o que me identificaban por algún motivo. Se lo dí a tres personas, si no recuerdo mal. Lo llamé "The Land of the Sun at Midnight", y en la portada había un unicornio, rodeado de brumas al atardecer/anochecer (había dos versiones, dependiendo de cómo lo sacara la impresora, si más o menos oscuro), con un castillo al fondo.

Pues bueno. Creo que está bien que la gente te recuerde por ciertas canciones, ya sea porque las habéis escuchado juntos en el concierto, de viaje, una noche o tarde divertida por ahí, una cena en casa... cualquiera que sea el motivo, siempre es bueno y bonito ser recordado con una sonrisa en la cara por otra persona, sepas o no que te relaciona con dicha canción.

Últimamente, supongo que debido a la época del año, he andado pensando bastante en la muerte. No de un modo suicida, claro. Sino en la mejor manera que puedes hacerlo: no evitándola y aprendiendo de ella para vivir. Siempre he dicho que me gustaría ser enterrada en un árbol o bosque (no necesariamente metida dentro de una caja), con ropa/tela ecológica para que no queden restos. La pena es que por ahora no parece que te dejen :(. Aún me estoy pensando la opción de incineración, que sigue sin convencerme XD. De todas formas... sí sé qué canción quiero que se ponga: Dante's Prayer de Loreena McKennitt. Supongo que por el tema de ser recordada. Debo de tener la obsesión metida en el cuerpo de que no quiero que se olviden de mí, tal vez por eso escribo tanto cosas y chorradas mías, para que se me conozca y me lea a saber quién. Tal vez por eso (entre otras cosas) quiero ser escritora o artista en general: para dejar algo hecho por mí, una vez ya no esté, como dice la canción del musical Rent, One Song Glory (preciosísima).

¿Veis? En cuatro líneas (es un decir) que he recordado tantas otras canciones que escribir en la libreta... y solo al escribirlas me han venido tantas otras...

Me pregunto... ¿qué canción relacionáis conmigo? ¿Qué canciones os hacen pensar en mí al escucharlas? En serio, tengo curiosidad. ¿Podéis escribirlas en un comentario? (si se pone muy personal la cosa, y lo preferís, podéis escribir un correo :).

Hay algunas que relaciono con amigos porque alguna vez me las pasaron, porque las escuchamos juntos una tarde en la playa, porque nos reímos de ella un día, porque las bailamos... (Hay un grupo de 6 personas que creo que, cada vez que escuchen Thriller de Jackson... sufrirán un ataque de risa histérica, por ejemplo).

En fin... os dejo, si todo va bien, la recopilación que llevo hecha hasta ahora. Empieza con mucho de Scorpions, porque lo he "redescubierto" justo antes de ir a cenar.

Ojalá algún día arregle mi cámara de video y me ponga a grabar momentos con vosotros, mis amigos, y los edite con música para verlos en la posteridad. De esto saqué la idea al ver "Mi Chica 2" hace años. ¿Alguien aparte de mí la ha visto?

Lo de la lista de música me vino por la segunda parte de El Diario de Bridget Jones: Sobreviviré (el libro, no la terriblemente mala peli). Aunque ella decía que haría cassettes divididos entre momentos: "romántico", "energético", "positivo"... Yo prefiero el poti-poti. Eso de dividirlo tanto me recuerda a los reproductores online que te ponen la música dependiendo de tu humor. El problema es que mi humor rara vez concuerda con la música que me ponen ellos.

En fin. Que aquí va la música y que mejor me callo, que hablo demasiado si se trata de escuchar música.

¡Besotes!



Y aquí os dejo el link, para ir echándole un ojo, ya que parece que el reproductor que he puesto, solo me deja un cierto número de canciones...

jueves, 5 de noviembre de 2009

La Luna y Eurídice



Ayer volviendo a casa por la noche, me dediqué a observar la luna. El lunes estuvo llena y estaba preciosa. Y anoche también, rodeada por un halo de nubes oscuras y desprendiendo su característico brillo... Me acordé de un par de ejercicios que nos hicieron hacer en 2º o 3 de la ESO. Me gustaba la clase de castellano porque, por fín, hacíamos literatura y... había ejercicios de escribir y a mí que, a los diez años descubrí que podía crear cosas como en los libros escribiendo lo que me imaginaba... pues imaginad lo contenta que me puse. Tanto por darme motivos para escribir como para demostrar mi habilidad delante de una clase que... bueno, donde nadie parecía dedicarse a escribir.

En uno de los ejercicios habíamos leído un poema en clase, sobre un noble, no recuerdo si cristiano o moro (no en sentido despectivo, sino a como les llamaban hace mil años), que salió a pasear por los alrededores del castillo durante una noche de luna llena y se encontró con la más bella mujer que había visto jamás. Lógicamente, enamorado y lócamente se ponía a perseguirla... hasta que desapareció sin más. Las siguientes noches también salía a buscarla, pero nunca la volvió a ver... y el joven, murió de inanición, porque la pena del amor le impidió comer, pues al final, la bella mujer era un rayo de luna. El ejercicio que nos mandaron era que describiéramos a la bella mujer. ¿Cómo sería? A mí, la historia y el poema (que no recuerdo ni título ni autor), me encantó. Recuerdo que la describí como una mujer de tez pálida, vestido blanco y pelo muy negro... De hecho, aún tengo la imagen grabada en la memoria. La de un rayo de luna brillante reflejado en los árboles. Claro, el correr dentro del bosque, el pasar de las horas y las nubes, sin duda haría que el rayo cambiara su posición, estando siempre unos pasos por delante del joven miope. Al cabo de un par de días, cuando el profe ya había corregido los trabajos de todos, dijo que la mayoría de personas habían retratado a una joven rubia y que solo tres de ellas eran morenas. Felicitó a las tres morenas.

Después recordé otro ejercicio. Habíamos leído la historia de Orfeo y Eurídice. Supongo que ya la conocéis, ¿no? En el ejercício nos pedían que escribieramos una canción que Orfeo hubiera podido cantar dedicada a Eurídice. A mi me encantó la idea. Pero después de pasar una tarde entera delante de una hoja de papel... me hundí. ¿Cómo podía escribir yo una canción de amor como ésa? Orfeo era considerado el mayor cantante y poeta de la Grecia antigua. Su música hizo llorar a las Furias y enterneció los corazones de los dioses del Inframundo. No, pararos a pensarlo. No es lo mismo que te pidan escribir un poema de amor triste a un joven de 13 o 14 años que, bien seguro habrá tenido alguna idea al respecto, que escribirlo como si tú fueras Orfeo, hubieras perdido el amor de tu vida, lo hubieras reencontrado y lo hubieras vuelto a perder por culpa de tu duda. ¿Cómo narices sabes cuál es su dolor, cómo lo cantaba él? Ya me veis abriendo libros de mitología, a ver si encontraba algún fragmento de canciones de Orfeo (no había), ideas, lo que fuera.

Al final escribí uno que me quedó medio bien. Pero nada comparado con Orfeo, claro. Y al día siguiente me quedé de piedra al ver que mis compañeros no habían tenido problema alguno al respecto y que la mayoría eran rimas que terminaban en -aba, -abas, -aban. Yo había dedicado toda la tarde y parte de noche a ello para algo que consideraba mediocre.

Ahora, tal vez hubiera podido escribir algo mejor. Sé más de la vida y del amor. Pero me sigue pareciendo demasiado que te hagan escribir como Orfeo. Redactores de libros de niños y adolescentes: no es lo mismo decir "escribe una canción como Orfeo hubiera podido hacer dedicada a Eurídice" que "Haz como Orfeo y escribe un poema de amor triste basado en su historia".

Hombre, por dios. Unpoquitodeporfavor.

Curioso que ambas historias sean de dos hombres que pierden a su amada, sucumben a la locura y mueren trágicamente.

¿Por qué nos gustan tanto las historias trágicas en el amor? ¿Es que no hay suficientes en la vida? Ah, claro. Los amores trágicos siempre quedan mejor por escrito. Son más poéticos. Y no los vives tú.