Pues eso.
Que me pillaré una cámara de fotos nueva (reflex todavía no) en cuanto haya ahorrado un poquitín. Y... me gustaría hacer por lo menos una foto al día. Cada día pasan cosas significativas, a veces son tan pequeñas que nos hacen sonreír en ése momento, y luego ya no las recordamos. A veces, sí. A veces sólo si nos concentramos. A veces son solo momentos fugaces.
Me gustaría ir capturando momentos fugaces de ésos pequeños momentos de felicidad o alegría. O de tristeza. De sol, de lluvia. De música. De órden y desorden.
Estaría bien poder hacer una foto al día.
No de mí misma. A veces, tal vez sí. Una foto al día de algo que haya significado algo.
Hoy... escogería el rato en el que estaba cantando mientras preparaba la comida.
También a mi perro, mirándome con la cabeza torcida, como hace siempre que no entiende muy bien algo, mientras estaba cortando un trozo de pechuga del pollo crudo.
Y creo que un té con menta en el lugar de siempre, mientras me imaginaba un viaje a Londres con una amiga que creo que no podrá ser por ahora.
Si es que ya me lo decía la vocecilla interior. Y ya la escuchaba mientras. Pero es bonito pensar, imaginar, soñar que puedes.
Tal vez no pueda en un mes. Pero veré en directo los cuadros de Waterhouse.
La imagen que pondría hoy sería la portada de El Castillo Ambulante. Qué delícia. Me encantó la peli de Miyazaki y el libro... Ay... :) Estoy contenta. Estoy en una época de leer mucho. Lo echaba de menos.
La canción de hoy es una que hacía días que tenía metida entre cráneo, cerebro y oreja. Hero, de Regina Spektor. Sí, yo tampoco tengo ni puñetera idea de quién es. Pero aparece en la banda sonora de la peli 500 days of Summer. Que por cierto es una maravilla. Creo que es de las mejores que vi en 2009.
Últimamente escribo más en el blog. De ahí a escribir historias otra vez solo hay un paso. Y paso contenta más tiempo. Eso es bueno, ¿no?
¿Qué me estará haciendo cambiar?
martes, 13 de abril de 2010
Una imagen al día
viernes, 9 de abril de 2010
¿Quién soy?
Ayer estuve unas horas en Barna. No fue mucho tiempo y apenas avisé a nadie. Era una visita muy concreta que necesitaba.
Pero bueno... que me pasaron un par de cosas que luego me hicieron pensar: "¿Yo soy ésa? No me lo creo". Me di cuenta que, no sé si es por el trabajo personal que voy haciendo, o por trabajar en un restaurante o un poco por todo, me estoy abriendo y soy más capaz de decir algo que pienso en voz alta, a atreverme.
Ayer estába en una librería con una amiga. Estuvimos cosa de ¿50 minutos? ¿Una hora? mirando libros, babeando, riendo y maldiciendo nuestros huesos por no tener dinero y no poder, por ejemplo, comprarme esos tomos en edición especial de The Sandman que cuestan alrededor de 60-90$ cada uno. Ya en la caja, apunto de pagar, oigo a la chica que nos había atendido hablando con un señor mayor... Fueron apenas tres o cuatro frases... ¿Qué libro me recomiendas esta semana? Ya me lo he leído. ¿Este? ¿Seguro?
De repente, no sé si oí el nombre primero, o vi la portada, o fue el libro que me llamó. Sólo sé que me giré, la chica tenía un libro en la mano, a punto de dárselo al señor cuando, me vi alborozada con un grito en la boca: "Estelibroesmuybueno,selorecomiendo,noledecepcionará". Ala, así, todo junto.
Lo notable, es que hace meses me hubiera estado un buen rato debatiéndome entre: "se lo digo o no se lo digo". Si escogía hablar, a) era muy tarde y ya se estaba yendo, o la oportunidad se había ido, b) me miraban de modo raro y pasaban de mi o me decían algo que hicierea que me cortara un huevo y quisiera que la tierra me tragara. Si no decía nada, seguramente después pensaba que porqué no habría dicho nada, que mira que era cortada. La diferencia es que ya no estuve dudando. Dije lo que pensaba de modo rápido, instantáneo.
Se me quedaron los dos mirando, en plan WTF? por la sorpresa. El hombre empezó a bromear, que si leía mucho, que si cuantos libros leía al día. La mujer diciendo que claro que sí que leía (no me conocía, pero bueno, había que vender xD), que si el otro me tomaba el pelo... Total, que el hombre compró el libro. Lo convencí en mi momento de "¡¡¡tatachán!!! Cómpre ud. el libro".
Al pasar por mi lado, antes de salir de la tienda, se para y me dice: "Oye, ya he comprado el libro, me has convencido... pero, ¿de qué va?" Yo me quedé de piedra. Vamos, pensaba que ya se lo habían explicado antes o algo. En ese momento fue como si se me despertara la labia, la persuasión, la pasión por algo y todo mezclado con palabras escogidas, adecuadas y bonitas. Le dije en cuatro palabras lo que era. El hombre se sorprendió, me dijo que muchas gracias por la recomendación y que a ver qué tal. Yo le dije que disfrutara de su lectura. Y se fue. La chica dijo que muy bien explicado.
Era el Nombre del Viento, de Patrick Rothfuss.
Después, con todo el morro... me acerqué a ella y le pregunté si no contrataban a gente en la librería. Me dijo que no :(. Después le dije que qué había que hacer para publicar en su editorial. Dijo que eran muy especiales a la hora de publicar, que sólo lo hacían con tal género, y esto y lo otro... Pero que por intentarlo, que no fuera, que les mandara un manuscrito. Me dio una targeta, escribió dos nombres detrás y unos teléfonos. Pregunta por ellos cuando los llames.
Y me quedé tan pancha.
Hay gente que es capaz de hacer esto en todo momento. Para mí fue como si superara una montaña. Como un "estoy empezando a convertirme en lo que quiero ser, a mostrarme". Poco a poco, parece que las vergüenzas y timideces de antaño se van convirtiendo en otra cosa, o van desapareciendo. No pasa nada.
Estoy bien. He hecho lo que quería hacer y no ha pasado nada. Sonrío y soy feliz.
Y me imagino con un libro publicado bajo mi brazo. De esta editorial o de otra... pero con mi nombre en la portada y el lomo, con una breve biografía en la parte de atrás.
Y por algún motivo no me parece imposible.
martes, 6 de abril de 2010
Cada matí és un regal
Vamos, cada mañana es un regalo. Lo vi el sábado pasado en el casco viejo. Una pared pintada de azul marino, y sobre ella, en blanco, estas cinco palabras. Me gustó tanto en ese momento que le hice una foto con el móvil y me lo puse de fondo de pantalla.
Tendré que volver cuando haya más luz, porque se ve oscuro.
Pero bueno. Últimamente me estoy tomando la vida con este lema... y la verdad es que mola. Es bonito, ¿verdad?
Hoy estoy cansada pero alegre... y me parece...
Me parece que ya ha pasado demasiado tiempo de estar a la expectativa de "a ver si sale algo". Estoy cansada. He buscado y rebuscado y no aparece nada. Vale. No problem. Opción B, dejada de lado porque "primero quiero trabajar y ahorrar". No puedo ahorrar mucho porque apenas trabajo. Bien. Vamos a visitar a los bancos, a ver qué créditos de estudiante me ofrecen. Voy a investigar universidades a fondo. Voy a ver másters y postgrados de la traducción. No tengo muy claro donde voy a terminar, pero sí tengo claro dónde no. Estoy muy bien ahora, es... cómodo, no lo neguemos. Pero ¿es lo que yo realmente quiero? No. Así que voy a investigar mi otro camino, a ver por donde me lleva. Igual de repente encuentro trabajo de algo que me gusta más o que se acerca a lo que yo quiero hacer y toca cambiar de tornas, pero mientras tanto... ¿por qué no? Igual no encuentro curro, precisamente, para hacer esto, porque si lo tuviera, no podría dedicarme a ello.
Cada mañana es un regalo. Voy a regalarme la vida. Voy a hacer lo que quiero. No, lo que Deseo. ¿Que luego cambia? Bien, todo cambia en el mundo. Hasta las estrellas.
La verdad es que no sé de donde me ha venido estos días de ¿... "iluminación"? James Joyce lo llamaba "epifanía". Una comprensión repentina de la esencia o significado profundo de una cosa, según la Wiki. Creo que esa noche de la pared azul, ése momento, fue una epifanía para mí. Y se ha estado fraguando a ratos.
Y hoy... ¡puf! Ha salido.
Iré a buscar el título de filología, que ya lo tienen. Iré a la biblio, a mirarme libros de inglés para prepararme algunas clase a adultos. Y seguiré con la investigación de másters y préstamos. Y... empezaré a hacerle click a "enviar más información".
Voy a contárselo a mis padres.
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