Estoy triste.
Creo que nunca (o, al menos, muy pocas veces) una comedia me ha hecho llorar tantísimo. Y mira que había ratos que han resonado las carcajadas.
He visto un cacho de Una pareja de tres. Sale el actor Owen nosequé, que muchas veces es pareja cómica del de Zoolander.
Soy fatal con los nombres de los actores.
Nunca me había llamado especialmente la peli esta. Pareja de recién casados con un perro destroyer en casa.
Conforme pasaban los minutos... Me han recordado a cosas que hacía mi perro Llamp (suerte que él es un Cocker Spaniel y no un Labrador, y que es más obediente que el de la peli). Luego Marley, el de la pelicula, se ha ido haciendo mayor. Y me ha recordado a cosas que hacía mi perro Llamp. Luego, Marley, el de la pelicula, se ha hecho más mayor. Con los altibajos de energía-contento-saltos-ladridos y sordera-cansancio-dormir en profundidad y sustos que te dan los perros con la salud cuando se hacen mayores, como mi perro Llamp.
He visto los mismos ojos que pone Llamp a veces.
Cuesta mucho hacerte a la idea de que tu perro, al que has criado y visto crecer, que te ha hecho crecer y visto crecer a ti a su vez, se hace mayor. En que hay momentos en que parece que se vaya a ir. Que van varios sustos.
Aunque quede muy feo decirlo, porque estas cosas no se han de decir, quiero más a mi perro que a muchas personas que conozco. Y sé que cuando muera voy a llorar muchísimo más por él que por tantas otras personas. Me sabrá mal si les pasa algo. Pero...
El perro te da un cariño especial. Te lo da todo, siempre, siempre, siempre. Da igual que estés de mal humor y le hayas gritado, da igual que un día no le hayas hecho demasiado caso, o te hayas ido unos días sin él. Él siempre te espera, te viene contento, te alegra. Siempre lo hacen, siempre. Los que no tienen o no han tenido perro no lo entienden. Es así.
Me he pegado una llorera impresionante.
Peor que cuando vi Un Puente Hacia Terabithia hace dos años.
Soy un desastre. Hace tiempo que tendría que estar haciéndome a la idea de que ya tiene casi trece años (el martes que viene es su cumpleaños), que no va a durar siempre, que es ley de vida... Pero no puedo, porque cada vez que lo intento me pongo triste y lloro. Y cuando me lo ponen por la tele, tal cual, pues... pasa esto. Que termino hecha una mierda llorona.
Hoy he ido al dentista. Y me ha hecho daño. Pero más daño me he hecho yo solo por sospesar la posibilidad de que un día mi perro Llamp seguirá el camino de Marley, el perro de la película.
Recuerdo cuando de pequeño me cabía en la palma de la mano. ¿Os imagináis? Era pequeñísimo. Me lo regalaron cuando tenía dos meses. A veces se perdía por la casa, era demasiado grande para él. Y cabía en cualquier rincón.
Cuando me lo regalaron... creo que fue uno de los momentos más felices de mi vida. Para que os hagáis una idea, llevaba pidiendo un perro desde que aprendí a hablar. Y aprendí pronto.
Me lo regalaron en mi 12º cumpleaños.
Sé lo del ciclo de la vida, sé que llegará el momento, sé que estaré triste y que más vale aceptarlo. Ya lo sé. No hacen falta muchos comentarios aquí al respecto. Pero necesitaba desahogarme.
Voy a darle una vuelta, si es que no se ha quedado dormido y quiere salir.
Besos.
[ACTUALIZACIÓN del día siguiente: ya estoy mejor. He dormido como un bebé, y la muela "dentistificada" se ha portado bien. Como dato gracioso, esta mañana, recién levantada y zombi perdida, he ido a hacer carantoñas a mi perro Llamp. Mi madre me ha preguntado "¿Qué tal el diente?" y yo estaba respondiendo que "bie..." cuando mi perro ha levantado la cabeza y me ha dado un cabezazo justo donde hay la muela damnificada. Ah, dogs, gotta love 'em]
1 comentario:
No te haré los comentarios que ya te has hecho, es cierto, sería redundante...
A cambio te diré que tu perro es muy bueno, porque cuando el Floppy hace algo malo y le pego la bronca... el tío se enfada XDDD Se va para arriba con cara de ofendido y no te hace caso en toda la tarde XDDDDDD
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