sábado, 2 de octubre de 2010

Dar las gracias



A veces hay que dar las gracias por estar vivo. Deberíamos hacerlo cada día, pero como estar vivos se nos ha convertido en una costumbre, se nos olvida.

Hoy nos ha pasado lo que tantos fines de semana sale por la tele. Coche con exceso de velocidad invade carril contrario y le da al que pasaba por ahí tranquilamente. Hay que añadirle que se trata de una carretera de montaña, con muchas curvas, poca visibilidad y un barranco de a saber cuántos metros de altura. 

En serio que doy las gracias de que estemos vivos, de que no nos hayan lesionado de por vida, y de que el "daño" haya sido material (adiós, coche). Tal vez con este susto que se han llevado los quillos que iban en el otro coche (en especial el conductor), aprendan a valorar su vida y la de los que les rodean, lo expliquen a otros que suelen hacer cosas parecidas y se eviten muertes. 

Ya hay demasiados "accidentes" involuntarios, no hace falta añadir excesos de velocidad, alcohol o drogas a la carretera.

Todavía me da cierta rábia. Más por el comportamiento y el coche, que por otra cosa. Pero ahora, como realmente estoy, es contenta. En un segundo han pasado a segundo plano los problemas laborales, personales, familiares... cualquier cosa de la que hacemos una montaña y que tampoco lo es tanto.

¿Sabéis lo más gracioso? Segundos antes del impacto, o milésimas, al ver que íbamos a chocar, he pensado textualmente un "no me jodas".

Mis últimas palabras pensadas hubieran podido ser estas. Cuando se lo he dicho a mi madre, me ha parecido que le cambiaba la cara (sí, no he tenido mucho tacto en ese momento). 

Pero bueno, ya lo he hablado, ya lo he soltado todo y creo que puedo relajarme (que lo estoy, y mucho).

Así que doy las gracias a los que os habéis enterado por vuestra preocupación y al resto, tranquilos, que estamos bien y enteros!!


1 comentario:

Didi dijo...

¡¡Demos gracias!!
De estar viva yo y de que estés viva tú, que joder...

A veces nos olvidamos de lo efímera y frágil que es la vida, y eso en muchos se traduce en inconsciencia (vease los del otro coche, ¿no pensaron que ese también podría haber sido su último instante? Previamente está claro que no...). Bah, no sabes lo que me como la cabeza con eso, a veces incluso demasiado... Hay que ser consciente, pero si vivimos cada momento pensando que todo puede terminarse en cualquier momento... en realidad no vivimos a tope, vivimos a medio gas...