lunes, 2 de junio de 2008

El viajero en la montaña

El viajero escaló y escaló. ¿El qué? Una montaña, por supuesto. Llevaba vagando por el mundo desde hacía tiempo, siguiendo lo que el instinto o la razón le indicaban, ahora a la izquierda, ahora a la derecha… Bifurcación, bifurcación, cruce de caminos… bosque a través… Hasta que un día llegó a los pies de una montaña que había avistado a lo lejos hacía muchísimo tiempo.

“Algún día llegaré a los pies de ésa montaña, padre.” Le dijo cuando era pequeño. Cuando estuvo ahí miró hacia arriba y era incapaz de ver el final. –Seguro –se dijo. – Seguro que si subo a lo alto veré todo el mundo y podré tocar el cielo con los dedos.

Y empezó a subir. Gastó años en el empeño.


Hasta que al final, llegó.

El viajero se quitó el polvo acumulado en los ropajes con unas palmadas. Se estiró como nunca lo había hecho y tomó aire. Miró al cielo y sonrió. “Aún he de encontrar una montaña más alta para llegar a rozarlo,” pensó.

Miró hacia el horizonte, esperando ver, como había imaginado, el mundo a sus pies. Se quedó sin habla. Alrededor y hasta dónde alcanzaba la vista se extendía un mar de nubes espesas. Aquí y allá se veía una cima de otra montaña más pequeña sobresalir. Se intuían algunas formas de lo que podía haber abajo. ¿Un valle? ¿Un bosque? ¿Un río? ¿Una aldea? Todo eran conjeturas. ¿Dónde estaba el mundo? ¿Por qué siempre se empeñaba en mantenerse oculto a sus ojos?

En el camino se sentía observado por el mundo y las estrellas. Si lograba subir a lo más alto, sería él quien les observaría. Tal vez, si lograba ver el mundo sin que el mundo lo supiera, podría atisbar el mañana.

Ni el mundo, ni las estrellas ni el mañana quisieron ser observados. Ni entonces, ni más adelante.

El viajero se quedó observando la planicie blanca tratando de adivinar cómo sería el mundo, incapaz de decidirse sobre qué hacer. Había llegado a su meta. ¿Qué debía hacer? ¿Construir una escalera para seguir subiendo hacia las estrellas? ¿O descender por la otra ladera de la montaña, hacia lo desconocido?


El viajero estaba pensando.

"El viajero sobre la bruma" de Caspar David Friedrich

2 comentarios:

Ion Ander ART dijo...

Me encantan estos minirelatos con hondos significados, serían perfectos para recopilarlos en un libro ¿eh?. No dejarían indiferente a nadie.

La historia me encanta, lo único lo que ya te he comentado, que es esa impresión de historia inacabada, que deja un poco confuso. Aunque es posible que eso se corresponda también con la historia, en la que el viajero ha dejado inconcluso su viaje...

Anónimo dijo...

Un relato precioso....,
Un final a escoger por por cada lector,.... un destino pendiente de una decision...
Me ha encantado..

Muacks.....

Gemma

PD... Pienso como Lugh..., espero que estés recopilando todos estos mini relatos que nos regalas dia a dia... Eres un genio!! (Viene de familia "hijo" jajajajaja...)