miércoles, 23 de julio de 2008

Engañada

Esta noche también vuelve tarde. Es la tercera vez esta semana. Se va a media tarde sin decir palabra y vuelve a las diez y media.

-Oh, ya sabes, con los amigos en el bar. –me dice.

Y yo, tonta, sonrío. Claro. Los amigos. ¿Por qué preocuparme? Pero cuando él se gira yo frunzo el ceño. Antes me llamaba desde el bar para que me uniera a ellos. Ahora solo me entero cuando vuelve, cuando le llamo y me dice que está con ellos, o cuando alguno de los amigos dice un comentario de alguna cosa que le dije a él, siendo plenamente consciente que no se lo conté a ellos.

En el silencio, pienso. Tal vez sea una sorpresa. No, sus vidas no giran entorno a mí. Tal vez sea cierto, solo van a charlar y a tomar unas cervezas. Partida de dardos y a casa. Pero entonces, ¿por qué tanto secretismo? Mi mente empieza a imaginarse mil y un juegos de espías, de amantes secretas. Solo es mi imaginación, me digo. Pero cuando le veo y sus ojos desvían la mirada y luce una falsa sonrisa ancha, no puedo evitar la duda.

(Por el número de gente que lo ha preguntado: SÍ, ES UN RELATO TOTALMENTE FICTICIO)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mmmh... I això? és un relat? :S